¿Un café frío que parezca un té helado? Esta receta une lo mejor de ambos mundos: el frescor del limón y la menta con el sabor profundo del café. Es muy fácil de preparar y perfecta para quienes quieren una bebida ligera, veraniega y diferente. No se necesita licuadora ni ningún equipo especial.
Ingredientes:
- 1 taza de café frío (puede ser filtrado, espresso diluido o incluso instantáneo)
- 2 o 3 hojas de menta fresca
- 1 rodaja fina de limón
- Hielo en cubos
- Endulzante a gusto (opcional)
Preparación:
- Colocá hielo en un vaso grande.
- Agregá las hojas de menta y la rodaja de limón.
- Verté el café frío encima.
- Si deseás, endulzá ligeramente con azúcar, miel o algún sirope.
- Revolvé suavemente y dejá reposar 1 o 2 minutos para que los sabores se integren.
Tip: Si tenés tiempo, podés “machacar” apenas las hojas de menta antes de agregarlas para liberar más aroma.
Esta bebida es ideal para tardes calurosas o para acompañar comidas livianas.