¿Café con aceite de oliva? Aunque suene arriesgado, esta combinación fue una de las tendencias más virales de 2024 en cafeterías de autor y redes sociales. Si a eso le sumamos una pizca de sal, el resultado es una bebida inesperada, suave y compleja, que mezcla lo sensorial con lo funcional.
El aceite de oliva aporta textura y notas herbales; la sal realza los sabores; y el café funciona como eje de esta experiencia que desafía prejuicios.
Ingredientes:
- 1 shot de espresso caliente (30–40 ml)
- 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra (de sabor suave)
- 1 pizca de sal fina o flor de sal
- Leche caliente o espumada (opcional, para una versión tipo latte)
Preparación:
- Prepará el espresso como de costumbre.
- Agregá el aceite de oliva directamente al café y mezclá bien (podés emulsionarlo con un pequeño batidor si querés más cremosidad).
- Sumá una pizca de sal y revolvé.
- Si preferís una bebida más suave, agregá leche caliente o espumada al gusto.
Tips de preparación:
- Usá un aceite de oliva suave y afrutado: no debe ser demasiado amargo ni picante.
- La sal debe ser mínima, lo justo para cortar la untuosidad del aceite.
- Podés usar una licuadora de mano para crear una microemulsión más uniforme.
¿Por qué probarlo?
Además de su textura sedosa y su perfil complejo, esta bebida:
- Tiene grasas saludables que prolongan la energía del café
- Aporta una nueva dimensión aromática y gastronómica
- Puede formar parte de una rutina de café más consciente o gourmet
Este café no es para cualquiera. Pero quienes se animan a probarlo suelen quedar sorprendidos por su equilibrio entre intensidad, suavidad y originalidad.
Ideal para incluir en una carta de cafetería contemporánea o para experimentar en casa con nuevos ingredientes.