Espresso con espuma de leche y sal marina – Minimalismo con carácter

A veces, lo más simple es lo más elegante. El espresso con espuma de leche y sal marina es una receta minimalista pero poderosa: no necesita jarabes, ni toppings, ni azúcar. Solo un buen café, una espuma sedosa y el toque preciso de sal marina, que transforma cada sorbo en una experiencia nueva.

Este café es ideal para quienes disfrutan de los perfiles amargos o tostados, pero buscan equilibrio sin dulzura.


Ingredientes:

  • 1 shot de espresso (30–40 ml), idealmente con cuerpo y buena crema
  • 30–50 ml de leche vaporizada o espumada
  • 1 pizca muy pequeña de sal marina fina o flor de sal
  • Cacao en polvo (opcional, para decorar)

Preparación:

  1. Prepará el espresso como de costumbre.
  2. Espumá la leche hasta que tenga una textura sedosa, no demasiado aireada.
  3. Serví el espresso en una taza pequeña o vaso bajo.
  4. Añadí la espuma de leche con cuidado, sin mezclar completamente.
  5. Espolvoreá una pizca de sal marina sobre la superficie de la espuma.
  6. Si querés, podés agregar una línea de cacao en polvo sobre la espuma para decoración.

Tips para un resultado perfecto:

  • La sal debe ser visible pero sutil: un exceso puede arruinar el equilibrio.
  • Usá leche entera o vegetal con buena capacidad de espuma (como avena barista).
  • Probá con diferentes sales gourmet (flor de sal, sal rosada, sal ahumada) para cambiar el perfil.

¿Por qué funciona?

La grasa de la leche y la acidez del espresso crean un contraste suave que la sal potencia, resaltando notas que a veces pasan desapercibidas. El resultado es un café cremoso, complejo y sorprendente, sin necesidad de azúcar ni aditivos.

Perfecto como café de sobremesa, para maridar con algo salado o como apertura de una cata sensorial.