¿Se puede recalentar el café sin problemas? Mito práctico que arruina la taza

Pocas cosas son tan frecuentes como olvidarse una taza de café y meterla en el microondas «para salvarla». Y enseguida viene la frase: “No pasa nada, lo caliento y listo”. Pero quienes trabajan con café o tienen el paladar más entrenado suelen poner cara de horror. ¿Por qué? ¿Es un mito gourmet o un problema real?

La respuesta es clara: recalentar el café arruina su sabor, y más veces de las que creemos. Aunque sea una práctica habitual, es uno de los errores más comunes si te interesa disfrutar el café con todas sus cualidades.

Cuando el café se enfría, sufre una oxidación progresiva: los compuestos volátiles responsables del aroma y el sabor se degradan. Al volver a calentarlo (sobre todo en microondas o directo sobre el fuego), esos aceites se rompen, los ácidos se alteran, y lo que era una bebida compleja y aromática se convierte en algo plano, amargo o incluso rancio.

Además, si el café ya fue preparado hace más de 20 o 30 minutos, el daño ya está hecho: recalentar no revive, solo calienta. Y si lo volvés a hervir, puede tomar un sabor metálico, con notas quemadas o “a cartón mojado”.

Ahora bien, ¿qué pasa con las cafeteras que mantienen el café caliente por horas? En la mayoría de los casos, el café que queda en la jarra sobre una placa calefactora se sigue cocinando lentamente, concentrando amargor. Por eso muchas cafeterías de especialidad prefieren preparar porciones individuales o usar termos de acero que mantengan el calor sin recalentar.

Entonces, ¿qué se puede hacer si se enfría la taza? Lo ideal es:

  • Preparar menos cantidad y tomarlo al momento.
  • Si se enfría, no recalentarlo más de una vez.
  • O mejor aún, pasarlo a un termo al servirlo.

En resumen: sí, se puede recalentar, pero a costa de perder calidad. Si buscás sabor, frescura y buena experiencia, lo mejor es prepararlo de nuevo. Una taza recién hecha siempre te lo va a agradecer.

Este artículo es informativo y busca ayudarte a mejorar tu experiencia cafetera sin complicaciones. ¿Recalentaste tu café? No pasa nada. Pero ahora sabés por qué no es lo mismo.