¿El café es mejor cuanto más negro y amargo? Mito práctico muy extendido

¿El café es mejor cuanto más negro y amargo? Mito práctico muy extendido

Durante décadas, tomar el café bien negro y con sabor amargo fue visto como símbolo de carácter, autenticidad y calidad. Muchas personas aún sostienen que un buen café “tiene que raspar”, que “el bueno no necesita azúcar” o que “si es suave, es aguado”. Pero… ¿es realmente mejor un café más negro y más amargo?

La respuesta es: no necesariamente. Ese es un mito muy instalado, pero la calidad del café no se mide por su color ni por su nivel de amargor, sino por la forma en que fue cultivado, procesado, tostado y preparado.

El café negro y amargo suele estar relacionado con tostados muy oscuros, que son comunes en cafés industriales. Estos tuestes extremos eliminan defectos, homogenizan sabores y generan notas intensas (humo, madera, ceniza), pero a costa de perder matices naturales del grano. Cuanto más oscuro el tostado, menos se perciben las notas frutales, florales o dulces que tiene un buen café de especialidad.

Además, el amargor excesivo no es sinónimo de fuerza o pureza: muchas veces es señal de sobreextracción, mala molienda, agua muy caliente o café recalentado. En cambio, un buen café puede ser suave, equilibrado, tener acidez brillante, dulzor natural y cero amargor… sin dejar de ser de alta calidad.

También está el tema del color. Un café puede verse negro por su concentración, pero eso no significa que tenga más cafeína ni que sea mejor. De hecho, algunas variedades de café de especialidad tienen un color más claro, pero un sabor mucho más complejo y agradable.

El gusto por lo amargo es cultural y respetable, pero no debe confundirse con calidad. Hoy, el mundo del café celebra la diversidad de perfiles sensoriales: desde los intensos hasta los delicados, desde los achocolatados hasta los frutales. Lo que cambia es el enfoque: no se trata de imponer una idea de “café fuerte”, sino de aprender a disfrutar lo que cada grano ofrece.

En resumen: más negro y más amargo no significa mejor café. Significa un estilo. Y como todo en el café, el verdadero valor está en saber elegir —y disfrutar— lo que más se ajusta a tu gusto.

Este artículo es informativo y busca ayudarte a tomar café con más conocimiento, no con más rigidez. Lo importante es que te guste a vos, no que te lo impongan.