Después de una noche de copas, muchas personas se levantan con dolor de cabeza, sensación de fatiga y malestar general. En medio de ese estado brumoso, aparece una taza de café humeante como supuesta solución mágica: «Tomate un café y se te pasa.» Pero… ¿es verdad que el café cura la resaca?
La respuesta es: no. El café no cura la resaca. Es un mito popular que mezcla una parte de lógica con una gran dosis de deseo.
El alcohol causa resaca porque deshidrata el cuerpo, altera los niveles de azúcar en sangre, irrita el sistema digestivo y afecta el sueño. Los síntomas más comunes incluyen dolor de cabeza, náuseas, sensibilidad a la luz, sed y lentitud mental. Ninguno de estos problemas se soluciona con cafeína.
Sin embargo, el mito tiene su origen en un pequeño punto real: el café puede hacerte sentir más despierto temporalmente, gracias a su efecto estimulante. Si estás cansado y aturdido por dormir mal, una taza puede darte una sensación pasajera de recuperación. Pero esto no trata la causa de la resaca, ni mejora tu hidratación, ni repone los nutrientes perdidos.
Peor aún: en algunas personas, el café puede empeorar la resaca. Su efecto diurético leve puede agravar la deshidratación, y su acidez puede irritar aún más el estómago sensible. Además, si te causa temblores o palpitaciones cuando estás sobrio, imaginá con el cuerpo ya alterado.
Entonces, ¿qué hacer en lugar de café? Lo ideal es hidratarse con agua o bebidas con electrolitos, comer liviano y equilibrado, y si es posible, descansar más. Si el malestar es muy fuerte, algunas personas recurren a analgésicos suaves (siempre bajo recomendación médica).
En resumen: el café no es una cura para la resaca, aunque puede ayudarte a “disimular” los síntomas un rato. No lo convierte en remedio, sino en placebo social con buen aroma.
Este artículo es informativo. Si los efectos del alcohol son intensos o frecuentes, consultá con un profesional de la salud.