Las muelas de un molinillo de café son como las cuchillas de un buen chef: cuando están en su mejor forma, el resultado es limpio, preciso y eficiente. Pero como todo elemento mecánico, se desgastan con el tiempo y el uso, y eso afecta directamente la calidad del café que preparás. Reconocer el momento adecuado para cambiarlas es clave para mantener el rendimiento del molinillo y la excelencia en la taza.
¿Por qué se desgastan las muelas?
Cada vez que molés café, las muelas ejercen fricción y presión sobre los granos. Aunque estén hechas de acero templado o cerámica resistente, ese roce constante desgasta poco a poco sus filos. Además, los granos mal beneficiados o con defectos (piedras, trozos de madera) pueden dañar los bordes, y los tuestes más oscuros —más aceitosos— tienden a acelerar el desgaste por acumulación de residuos.
¿Cuánto duran en promedio?
Depende del material, el tipo de molinillo y el uso:
- Muelas de acero en molinillos domésticos: duran entre 250 y 500 kilos de café (equivalente a 3–5 años para un hogar promedio con 1–2 tazas al día).
- Muelas cerámicas: suelen durar algo más si no se golpean, pero son más frágiles.
- Muelas premium (como SSP): pueden superar los 1.000 kilos sin pérdida de rendimiento.
- Molinillos comerciales: deben reemplazar muelas cada 6–12 meses si están en uso intensivo.
Señales de que tus muelas necesitan ser reemplazadas
- Cambios en la velocidad de molienda
Si notás que el molinillo tarda más en moler la misma cantidad de café con la misma configuración, puede ser que las muelas estén desafiladas. - Molienda más gruesa sin quererlo
Aun usando el mismo ajuste, el café sale más grueso o más inconsistente. Esto afecta directamente la extracción, especialmente en espresso. - Irregularidad en el molido
Aparecen más partículas finas y gruesas al mismo tiempo. Esto genera tazas desbalanceadas, con sabores amargos o ácidos no deseados. - Problemas de flujo en la máquina espresso
Si la extracción tarda más o menos sin cambiar la molienda, y has descartado otros factores, las muelas pueden ser las culpables. - Menor aroma y frescura en el café molido
Un molido ineficiente no rompe correctamente las celdas del grano, liberando menos compuestos aromáticos. El resultado es una taza más “apagada”. - Ruido diferente o esfuerzo del motor
El molinillo suena distinto o parece forzado. Esto indica mayor fricción o desequilibrio por desgaste irregular.
¿Cómo cambiar las muelas?
Cada molinillo tiene su propio sistema, pero en general el proceso es simple:
- Desenchufá o desmontá el molinillo.
- Quitá la tolva y accedé a las muelas.
- Retirá los tornillos o trabas.
- Limpiá bien la zona.
- Colocá las muelas nuevas (verificá que sean del modelo y tamaño correcto).
- Rearmá el equipo y recalibrá la molienda.
Es recomendable consultar el manual o tutoriales específicos del modelo. En muchos molinillos, las muelas son piezas de recambio que se consiguen fácilmente por separado.
¿Conviene afilar las muelas?
En general, no. El afilado de muelas es un procedimiento técnico que solo tiene sentido en equipos industriales. En molinillos domésticos, lo más simple y seguro es reemplazarlas por nuevas, especialmente si están deformadas o desbalanceadas.
Conclusión
Las muelas son el corazón mecánico de tu molinillo. Aunque no se ven, su estado impacta directamente en el sabor del café que tomás todos los días. Estar atento a los síntomas de desgaste y reemplazarlas a tiempo es una de las mejores formas de cuidar tu inversión cafetera y garantizar una taza con todo su potencial.