Una vez preparado y filtrado correctamente, el Cold Brew tiene una vida útil sorprendentemente buena si se conserva de forma adecuada. En general, se mantiene en buen estado entre 5 y 7 días, aunque hay casos donde se conserva hasta 10 días sin perder calidad.
Para garantizar la conservación:
- Guardalo en un frasco de vidrio hermético y limpio.
- Evitá la exposición al aire: el oxígeno oxida los compuestos volátiles.
- Mantenelo siempre refrigerado, idealmente entre 4 °C y 8 °C.
- No agregues leche ni endulzantes hasta el momento de servir.
¿Cómo sabés si tu Cold Brew ya pasó su punto? Cambia el olor (a cartón mojado o vinagre), se vuelve turbio o desarrolla sabores ácidos o amargos no deseados. Si percibís alguno de estos signos, es mejor desecharlo.
Si preparás concentrado, puede durar un poco más. Pero aun así, lo ideal es consumirlo dentro de la semana para disfrutar su mejor expresión aromática.
Una buena práctica es etiquetar la fecha de preparación. Así sabés cuándo lo hiciste y podés controlar la evolución del sabor.
