☕ ¿Cómo preparar un Cold Brew perfecto en casa? (Guía paso a paso)

Preparar Cold Brew en casa es mucho más simple de lo que parece, y no se necesita equipamiento costoso para lograr una bebida de calidad profesional. Lo importante es entender los principios del método y aplicar una técnica controlada.

Primero, elegí un café de tueste medio o claro. Estos perfiles conservan mejor la dulzura y complejidad en una infusión en frío. Evitá cafés muy tostados, que tienden a generar sabores planos o cenizos cuando no hay calor en la extracción.

La molienda debe ser gruesa, similar a la usada para prensa francesa. Si usás molienda fina, obtendrás un líquido turbio y posiblemente sobreextraído. La proporción recomendada es de 1:8 o 1:10 (100 g de café por cada litro de agua). Si querés hacer un concentrado que luego vas a diluir, podés usar hasta 1:5.

Usá agua filtrada o mineral, ya que el agua es el 98 % de la bebida. Mezclá el café y el agua en una jarra o frasco de vidrio con tapa. Revolvé suavemente y dejá reposar entre 12 y 18 horas. Si lo hacés a temperatura ambiente, 12 horas es suficiente; si es en heladera, podés extenderlo a 18.

Pasado ese tiempo, filtrá el líquido. Podés usar un filtro de tela, una prensa francesa o incluso un colador fino con papel. Lo importante es eliminar todos los sedimentos para evitar fermentaciones o sabores desagradables.

Guardá el Cold Brew filtrado en una botella o frasco limpio y hermético. Podés conservarlo en la heladera hasta 7 días, aunque lo ideal es consumirlo en 3 a 5 días para disfrutar su perfil más fresco.

Se puede tomar solo con hielo, o combinar con leche, bebidas vegetales, agua tónica, jugo de naranja o especias. El Cold Brew también es una base excelente para cócteles.

Como todo en café, lo ideal es experimentar. Cambiá orígenes, proporciones, tiempos y temperatura del agua hasta encontrar la receta que se adapte a tu gusto.