¿Tomar café en vaso de cartón? Ventajas, riesgos y qué deberías saber

Como apasionados del café, sabemos que cada detalle influye en la experiencia: el grano, la molienda, el método de extracción… y sí, también el recipiente donde lo bebemos. Hoy vamos a hablar de un tema que suele pasarse por alto: ¿es buena idea tomar café en vaso de cartón?

1. El cartón no es solo cartón

Muchos vasos que parecen de cartón están recubiertos en su interior por una fina capa de polietileno o PLA (plásticos biodegradables). Esto evita que el líquido los traspase, pero también implica que el material no es neutro al calor ni al sabor.

2. Cambios en el sabor

Cuando se vierte café caliente (a más de 80 °C), el cartón puede liberar aromas residuales del papel, o incluso compuestos del revestimiento plástico. Estos matices pueden interferir especialmente con cafés de origen o preparados con métodos de filtrado, donde el perfil de sabor es más sutil.

3. Sensación en boca y temperatura

Un vaso de cartón no retiene bien el calor: el café se enfría más rápido y, además, suele ser incómodo de sostener si está muy caliente. Algunos fabricantes incluyen una “manga” aislante, pero esto es un parche, no una solución.

4. Consideraciones de salud

Aunque los vasos de cartón están aprobados para uso alimentario, estudios recientes indican que el contacto prolongado con líquidos calientes puede liberar microplásticos o compuestos químicos en pequeñas cantidades. Aún se investiga el impacto acumulativo, pero es un dato importante a tener en cuenta.

5. ¿Y el medioambiente?

La mayoría de estos vasos no son reciclables fácilmente. Aunque el exterior sea cartón, el revestimiento interior plástico complica el reciclaje. En promedio, se estima que solo el 1% se recicla. Además, muchos terminan contaminando compost o rellenos sanitarios.

6. ¿Entonces qué usar?

Lo ideal para disfrutar del café es usar una taza de cerámica, vidrio o acero inoxidable, que no alteran el sabor ni liberan compuestos. Si necesitas llevarlo contigo, existen vasos reutilizables de doble pared, resistentes al calor y diseñados para conservar el perfil sensorial del café.

Conclusión

Un verdadero amante del café debería considerar el vaso como una extensión del método de preparación. Si queremos honrar todo el trabajo que hay detrás de una taza —desde la finca hasta la molienda— vale la pena beberlo en un recipiente que no contamine ni su sabor ni el planeta.