Tampado sin presión o desigual
El tampado es uno de los pasos más decisivos en la preparación del espresso, y a menudo el más descuidado. Se trata de compactar el café molido en el portafiltro para formar una pastilla uniforme y resistente, que permita que el agua a alta presión lo atraviese de forma equilibrada.
Cuando se tampea mal (muy flojo, muy fuerte, inclinado o irregular), el agua encuentra zonas de menor resistencia y forma canales de extracción (“channeling”), lo que produce un espresso desequilibrado: sabores metálicos, crema débil o inexistente, y poca consistencia en cada taza.
¿Cómo se hace un buen tampado?
- Distribuí el café de forma pareja antes de prensar.
- Colocá el tamper bien alineado sobre el café molido.
- Aplicá una presión firme (15–20 kg aprox.), ni excesiva ni débil.
- La superficie debe quedar completamente nivelada.
- No es necesario girar con fuerza: un leve giro puede “pulir” la superficie, pero no corrige errores de nivelado.
Tipos de tampadores (tamper)
- Manual clásico: el más común. Requiere práctica para mantener nivel y presión constante.
- Con resorte (presión calibrada): brinda una presión constante predefinida, ideal para evitar errores del usuario.
- Distribuidor + tamper 2 en 1: primero distribuye el café con un movimiento rotativo, luego compacta. Ayuda a evitar canalización.
- Tamper eléctrico o automático: presente en cafeterías profesionales. Garantiza presión y nivel exactos en cada uso, eliminando variaciones humanas.
¿Cuándo conviene un tamper eléctrico?
En entornos de alto volumen o si buscás consistencia absoluta, un tampador eléctrico garantiza siempre la misma presión y nivelado. No reemplaza la técnica, pero elimina uno de los factores más variables entre baristas: la fuerza aplicada.
