Preferencias por edad: ¿qué alfajor elige cada generación?

El alfajor es un producto transversal, consumido por personas de todas las edades en Argentina. Sin embargo, las preferencias cambian significativamente según la etapa de la vida. La edad, junto con los hábitos, la nostalgia, la exposición a marcas y las preocupaciones nutricionales, modela qué tipo de alfajor se elige, con qué frecuencia y con qué criterios.

📚 Infancia y adolescencia: lo dulce, lo grande, lo divertido

Para los más chicos, el alfajor suele ser una recompensa, una merienda escolar o un regalo. En esta etapa, el formato triple, con mucho dulce de leche y cobertura de chocolate, suele dominar. Las marcas que ofrecen productos más llamativos, con colores vibrantes, envoltorios brillantes o personajes, tienden a captar mejor la atención. También tienen peso las promociones con figuritas, sorteos o personajes de moda.

Además, la decisión en esta franja muchas veces no es racional ni económica, sino emocional y visual. El alfajor es parte del recreo, y muchas veces la elección está influenciada por lo que consumen otros compañeros. Se valora lo más goloso, más que lo saludable.

👩‍💻 Jóvenes adultos: indulgencia práctica y marcas fuertes

Entre los 20 y los 35 años, el consumo de alfajores sigue siendo alto, pero se mezcla con una vida laboral y más acelerada. En esta etapa, el alfajor cumple la función de snack rápido o reemplazo de una comida ligera. Aquí se aprecia el sabor, pero también la practicidad.

Los jóvenes adultos buscan muchas veces un equilibrio entre placer y costo, y suelen inclinarse por marcas de confianza, pero también prueban ediciones nuevas o de autor. Están atentos a lanzamientos virales y, en general, son los más influenciables por redes sociales y rankings. Las opciones premium o artesanales también comienzan a llamar su atención, especialmente cuando el contexto es más relajado o de disfrute personal.

🧑‍🦳 Adultos mayores: tradición, sabor equilibrado y porciones justas

En edades más avanzadas, la elección tiende a ser más conservadora. Los adultos mayores suelen optar por alfajores tradicionales, con menor carga de dulce o cobertura, y en formatos más chicos. Las marcas con historia y trayectoria —las que ellos conocen desde hace décadas— generan confianza y fidelidad.

También es común que valoren alfajores sin conservantes, con ingredientes “como los de antes”, o que remitan a lo casero. Las preocupaciones por la salud comienzan a pesar más: versiones sin azúcar, con menos grasas o con galletas más livianas encuentran su nicho aquí.


En conclusión, no hay un único alfajor ideal: hay alfajores para cada etapa de la vida. Las empresas que entienden estas diferencias y diversifican su oferta según los públicos no solo venden más: construyen una relación más profunda y duradera con cada generación.