Mitos del café instantáneo (que muchos siguen creyendo)

El café instantáneo es uno de los productos más populares y a la vez más subestimados. Tiene fama de ser “malo”, “falso” o “solo para gente que no entiende de café”. Pero… ¿qué hay de cierto y qué no? Acá desarmamos algunos de los mitos más comunes sobre el instantáneo.


❌ Mito 1: “El café instantáneo no es café”

Falso. El café instantáneo es café real. Proviene de granos tostados, molidos, infusionados y luego deshidratados. Lo que cambia es el proceso. No es artificial (salvo que tenga aditivos), ni es “falso café”.


❌ Mito 2: “Es más dañino para la salud”

Depende de qué versión compres. Si es café puro soluble, no hay diferencia significativa en cuanto a salud respecto del molido. Ambos tienen cafeína, antioxidantes y efectos similares. Los que hay que evitar son los instantáneos con azúcar, crema o saborizantes artificiales.


❌ Mito 3: “Nunca tiene buen sabor”

Muchos cafés instantáneos tradicionales tienen sabor plano, sí. Pero en los últimos años surgieron versiones de alta gama que se acercan bastante al sabor del café filtrado. Además, en recetas frías, postres o tragos, cumple muy bien.


❌ Mito 4: “Solo lo toman personas que no saben de café”

Otro prejuicio. Muchas personas que saben mucho de café usan instantáneo en ciertas situaciones: cuando viajan, en la oficina, para cocinar o como base para otras bebidas. Saber de café no es lo mismo que tomar café lento todos los días.


Conclusión:
El café instantáneo tiene mala fama en algunos círculos, pero la mayoría de sus críticas son exageradas o anticuadas. No es lo mismo que un espresso bien hecho, claro, pero tampoco es “falso”. Es una herramienta más, con su momento y su utilidad.