Cuando se piensa en chocolate suizo, el nombre Lindt aparece casi de inmediato. Esta marca, con más de 175 años de historia, logró algo que pocas empresas en el mundo consiguen: convertir una tradición artesanal en un imperio global del chocolate sin perder la calidad que la hizo famosa.
De taller artesanal a ícono mundial
La historia de Lindt comienza en 1845, cuando David Sprüngli y su hijo abren una pequeña confitería en Zúrich. Pero el gran salto llegó en 1879, cuando Rodolphe Lindt, un joven chocolatero, inventó el proceso de conchado, una técnica que revolucionó la textura del chocolate al hacerlo más suave, cremoso y fundente.
En 1899, la familia Sprüngli compró la fábrica de Rodolphe Lindt, fusionando dos tradiciones en una sola marca: Lindt & Sprüngli. El resto es historia.
El secreto está en el proceso
Lindt controla toda la cadena de producción, desde el grano de cacao hasta el producto final. Posee su propio programa de abastecimiento sostenible de cacao llamado “Lindt & Sprüngli Farming Program”, con foco en trazabilidad, condiciones dignas y cultivo responsable en países como Ghana, Ecuador y Madagascar.
Además, su dominio del conchado y la selección de ingredientes de alta calidad aseguran texturas únicas y sabores intensos, ya sea en sus tabletas, bombones o figuras.
Productos emblemáticos
La marca cuenta con líneas reconocidas en todo el mundo, como:
- Lindor: sus famosas esferas con centro cremoso, disponibles en decenas de sabores.
- Excellence: tabletas de chocolate negro con porcentajes de cacao que van del 70% al 99%, además de combinaciones con sal marina, naranja, menta y más.
- Hello, una línea moderna con sabores urbanos como “cookies & cream” o “caramel brownie”.
- Figuras de temporada: conejos de Pascua, Papá Noel, calendarios de adviento, etc.
Una marca que seduce a todas las generaciones
Lindt combina perfectamente lujo accesible y calidez emocional. Sus locales boutique ofrecen degustación, personalización de productos, y hasta experiencias inmersivas como el Lindt Home of Chocolate, un museo interactivo inaugurado en 2020 en Kilchberg (Suiza), con una fuente de chocolate de 9 metros.
Presencia global
Hoy, Lindt se vende en más de 120 países. Sus productos están en aeropuertos, supermercados premium, tiendas duty free y locales propios en las grandes capitales del mundo. Pese a su expansión, mantiene una fuerte identidad suiza que le da prestigio y confianza.