Si hay una empresa que dejó una marca profunda en la historia del alfajor argentino desde la producción industrial a gran escala, es La Nirva S.A.. Fundada en 1940, esta empresa fue durante décadas una de las principales productoras de alfajores y golosinas del país. Su creación más popular fue, sin dudas, el alfajor Fantoche, un clásico del kiosco nacional.
🏭 La fábrica de Villa Lynch que conquistó los kioscos
La Nirva nació como una empresa familiar en el partido de San Martín (Provincia de Buenos Aires). A lo largo del tiempo, se transformó en un gigante de la producción, responsable no solo de Fantoche, sino también de otras marcas menos conocidas, como Grandote, Amboé y Nirvana. Pero fue Fantoche el nombre que quedó grabado en el paladar popular.
Con una estrategia enfocada en gran volumen, variedad y precios competitivos, La Nirva logró presencia nacional y un lugar indiscutido en las góndolas. Durante años, sus alfajores fueron compañeros de colegio, meriendas de oficina y refrigerios económicos al paso.
⭐ Fantoche: el triple más famoso
El gran ícono de La Nirva es el Fantoche Triple, considerado por muchos como el primer alfajor triple industrial argentino. Lanzado en los años 80, su estructura de tres capas de galleta y dos capas de dulce de leche, bañadas en chocolate, marcó un antes y un después. Su impacto fue tal que muchas otras marcas luego adoptaron el formato.
Con un perfil sabroso, dulce y contundente, el Fantoche triple conquistó generaciones. A lo largo de los años, se sumaron otras versiones:
- Fantoche blanco (con cobertura glaseada)
- Fantoche clásico doble
- Fantoche frutal (con membrillo)
- Fantoche mini
- Fantoche sin TACC (versión apta para celíacos)
La marca también incursionó en formatos navideños como pan dulces y budines, manteniendo precios populares.
📉 Crisis, resurgimiento y legado
En 2021, La Nirva atravesó una crisis financiera y judicial severa. Hubo conflictos laborales, suspensión de actividades y rumores de cierre definitivo. Sin embargo, la marca sobrevivió y reestructuró su producción, aunque a menor escala.
A pesar de la merma en distribución, Fantoche sigue siendo un nombre fuerte en la cultura del alfajor argentino. Su legado es indiscutible: fue pionera en formatos que hoy parecen estándar, y su masividad marcó una época donde el alfajor era verdaderamente popular y accesible.
🔚 Conclusión
La Nirva y su marca Fantoche son sinónimo de volumen, innovación temprana y presencia nacional. Si bien no persiguió una estética gourmet ni construyó una narrativa de exclusividad, supo posicionarse como una marca cercana y abundante, ideal para el consumidor que busca sabor y contundencia sin pagar de más.
Hoy, Fantoche sobrevive como un recuerdo activo en el gusto colectivo, una muestra de que el alfajor argentino también tiene historia en el segmento industrial, masivo y democrático.