Historia de la Prensa Francesa: Orígenes y Evolución

La prensa francesa, también conocida como cafetière o French press, es uno de los métodos más icónicos y queridos por los amantes del café. Su historia es fascinante y nos lleva al corazón de Europa, donde la simplicidad y la elegancia se encontraron para crear una herramienta revolucionaria.

El origen de la prensa francesa se remonta a mediados del siglo XIX. El primer diseño rudimentario se atribuye a un inventor francés en la década de 1850, aunque su funcionalidad era limitada y carecía del filtro metálico moderno. En 1929, el italiano Attilio Calimani patentó un diseño más refinado en Milán, y fue ese modelo el que sentó las bases de la prensa que conocemos hoy.

Más tarde, en la década de 1950, otro italiano, Faliero Bondanini, introdujo una mejora significativa en el diseño del filtro y la estructura. Su modelo fue producido en Francia por la empresa Martin SA bajo el nombre comercial de “Chambord”, y pronto se convirtió en un éxito en todo el país. La razón por la que muchos la llaman “prensa francesa” no es sólo por su popularidad en Francia, sino también por cómo el país la adoptó con entusiasmo como símbolo de elegancia y ritual matutino.

Durante el auge de la cultura del café en el siglo XX, este método ganó reconocimiento internacional. En 1980, la compañía danesa Bodum adquirió los derechos del diseño Chambord, lo modernizó, y lo expandió globalmente. Desde entonces, la prensa francesa se volvió sinónimo de café artesanal hecho en casa.

Su éxito radica en su sencillez: sin necesidad de electricidad ni cápsulas, ofrece un café con cuerpo, aceites presentes y sabor profundo. Es un método que conecta con lo esencial del café: el tiempo, la espera y el ritual.

Hoy, más de 170 años después de su creación, sigue siendo una de las favoritas entre los baristas y los aficionados por igual. Más que un simple método, la prensa francesa representa una forma de entender y disfrutar el café con calma, profundidad y elegancia.