Cuando se habla de chocolate argentino con historia, identidad y presencia en cada kiosco del país, es imposible no pensar en Felfort. Fundada hace más de un siglo, esta fábrica no solo produce chocolates: fabrica recuerdos, sorpresas, meriendas y emociones. Desde el clásico Jack hasta las moneditas de chocolate, Felfort se convirtió en una marca de culto nacional.
Un origen familiar con alma obrera
Felipe Fort, inmigrante alemán, fundó la empresa en 1912 en el barrio de Almagro, Buenos Aires. Empezó elaborando bombones de forma artesanal y, con el tiempo, su hijo y sus nietos —entre ellos el popular Ricardo Fort— continuaron el legado.
La planta, ubicada en Gascón al 300, creció sin perder su perfil familiar ni su espíritu accesible. Por décadas fue famosa por abrir sus puertas a visitas escolares, convirtiendo la fábrica en un lugar de fantasía para miles de niños.
Chocolate para todos
Felfort es una de las pocas marcas argentinas que produce chocolate en todos los formatos imaginables, con un estilo propio y reconocible:
🍫 Chocolates clásicos:
- Barritas de chocolate con leche y amargo
- Tabletas rellenas con dulce de leche, maní, cereales o licor
- Chocolates sin azúcar añadido
🎁 Golosinas emblemáticas:
- Jack: bombón con juguete sorpresa, un ícono desde hace décadas.
- Moneditas: pequeñas piezas redondas envueltas en papel dorado, perfectas para piñatas y cumpleaños.
- Confites: grageas de chocolate con cobertura de caramelo de colores.
- Huevos de Pascua, bombones surtidos y figuras de temporada.
🎂 Para repostería:
- Chocolate para taza
- Chips y coberturas
La fórmula Felfort: popularidad, variedad y nostalgia
Felfort no es gourmet ni lo pretende ser. Su magia está en lo cotidiano, en la golosina que se compraba con las monedas del vuelto, en el chocolate que te regalaban en el recreo, en el recuerdo del primer Jack con sorpresa.
A diferencia de marcas importadas o especializadas, Felfort apuesta a la accesibilidad sin renunciar a la calidad. Y eso explica por qué sigue presente en cada rincón del país.
De generación en generación
A lo largo de los años, la marca atravesó cambios, modernizaciones y hasta notoriedad mediática, especialmente durante la vida pública de Ricardo Fort, nieto del fundador. Sin embargo, la esencia de la marca no cambió: chocolate nacional, producido localmente, con alma popular.
Hoy, Felfort sigue siendo un emblema del chocolate argentino, con distribución masiva y un catálogo que combina tradición y vigencia.