Fantoche: el triple que marcó a una generación

Hablar de alfajores triples en Argentina es hablar de Fantoche. Esta marca, nacida en el seno de la empresa La Nirva, se convirtió en un ícono de la infancia, la merienda y el kiosco. Fantoche no solo popularizó el formato triple, sino que lo convirtió en un símbolo cultural del consumo accesible y contundente.

🚀 El nacimiento del triple

En los años 80, Fantoche lanzó al mercado un alfajor de tres capas de galleta, dos de relleno y cobertura completa de chocolate, una verdadera bomba calórica que fue un éxito inmediato. Fue uno de los primeros triples industriales que se distribuían masivamente, y su fórmula generosa conquistó el corazón (y el estómago) de miles.

A diferencia de otros alfajores que buscaban el equilibrio o lo gourmet, Fantoche se definió por el exceso bienvenido: más galleta, más dulce de leche, más chocolate. Era el alfajor de los recreos largos, de la merienda sin culpas, y el que más llenaba por el mismo precio.


🧃 Variedades que pasaron por los kioscos

Además del clásico Fantoche Triple de chocolate, la marca sumó otras presentaciones a lo largo del tiempo:

  • Fantoche Triple blanco, con cobertura de glasé
  • Fantoche frutal, con relleno de membrillo
  • Fantoche simple, doble y más liviano
  • Fantoche sin azúcar
  • Fantoche sin TACC
  • Fantoche mini
  • Fantoche de mousse
  • Ediciones limitadas con baño de chocolate amargo, con maní o mousse de vainilla

Y aunque algunas variantes desaparecieron, el triple chocolateado original sigue firme como el más reconocido.


🧱 Producto popular, marca de culto

Lo que distingue a Fantoche no es su glamour ni su packaging, sino su peso emocional. Es el alfajor de las mochilas escolares, del kiosco barrial, de la estación de tren. Es parte de la historia de muchas personas. Algunos lo aman por su sabor potente, otros por su valor nostálgico, pero pocos pueden negar su lugar en el podio de los alfajores argentinos más conocidos.


⚠️ Crisis y reestructuración

En 2021, La Nirva, la fábrica detrás de Fantoche, atravesó una fuerte crisis económica. La producción se frenó, hubo conflictos laborales y se temió por la desaparición del producto. Sin embargo, gracias a reestructuraciones internas, Fantoche logró volver a las góndolas, aunque con menor presencia que en sus años de oro.

Hoy se lo encuentra de forma más limitada, pero su nombre mantiene fuerza, y cada reaparición en los kioscos genera alegría y comentarios en redes sociales.


🔚 Conclusión

Fantoche representa lo que muchos recuerdan con cariño: un alfajor grande, dulce, rendidor y sin pretensiones. Fue pionero en su formato, querido por generaciones y aún sigue dando pelea. En tiempos de cambio constante, hay algo reconfortante en saber que Fantoche sigue ahí, esperando en alguna góndola, igual de exagerado y sabroso que siempre.