Un recorrido por estudios científicos, creencias populares y lo que realmente se sabe hoy
Durante décadas, el chocolate fue acusado —casi sin juicio justo— de provocar granitos y brotes de acné. Fue señalado con el dedo por dermatólogos, padres y revistas adolescentes. Pero… ¿qué hay de cierto en esta acusación? Como profesor de chocolate, hoy quiero que revisemos juntos qué dice la evidencia actual y qué factores realmente influyen en la salud de tu piel.
Un mito que se extendió por generaciones
La idea de que el chocolate “da acné” se popularizó especialmente a mediados del siglo XX, cuando la nutrición aún no contaba con el respaldo científico que tiene hoy. Se asumía que cualquier alimento con grasa o azúcar era perjudicial para la piel. Y como el chocolate tiene ambos, fue uno de los primeros en caer.
Sin embargo, muchos de estos juicios se basaron en observaciones aisladas o creencias culturales, más que en estudios bien diseñados.
¿Qué dice la ciencia actual?
Los estudios más recientes indican que el chocolate en sí mismo no causa acné. No hay pruebas concluyentes de que el cacao puro afecte directamente la aparición de granos. Sin embargo, hay matices importantes:
- Los chocolates con alto contenido de azúcar (como los de leche o los rellenos) pueden generar picos de glucosa e insulina en sangre, lo que sí se ha asociado con mayor producción de sebo en la piel.
- Las dietas con alto índice glucémico, donde se incluyen golosinas, harinas blancas y azúcares refinados, pueden agravar el acné en personas predispuestas.
- Algunos estudios sugieren que las grasas saturadas en exceso (presentes en productos ultraprocesados, no necesariamente en el cacao) pueden también influir.
Por lo tanto, no es justo culpar al “chocolate” en general. El problema está más bien en ciertos productos industriales, muy azucarados, con poco cacao real.
¿Y el chocolate amargo?
El chocolate con alto porcentaje de cacao (más del 70%) y bajo contenido de azúcar no ha demostrado empeorar el acné. De hecho, el cacao contiene antioxidantes que podrían tener un efecto protector frente al daño celular y la inflamación.
Por supuesto, cada organismo es distinto. Si notás que ciertos alimentos empeoran tu piel, lo ideal es llevar un registro y consultar a un dermatólogo.
Cuidado con la ansiedad alimentaria
En muchos adolescentes (y también adultos), el acné se relaciona con momentos de estrés, ansiedad o desequilibrio hormonal. En esos momentos, se suele recurrir a alimentos de recompensa, como el chocolate en exceso, lo cual puede confundir la causa con el contexto. No siempre se trata de lo que comemos, sino de por qué y cuánto.
No culpemos al cacao por lo que hacen el azúcar y el marketing. El chocolate amargo, bien elegido y en porciones moderadas, no causa acné. Si cuidás tu piel, también podés darte el gusto sin temor… y sin prejuicios.
Importante: Este artículo es solo informativo. Si sufrís de acné o tenés dudas sobre el impacto de la dieta en tu piel, consultá siempre a un dermatólogo o médico de confianza.