Errores comunes en la elaboración del alfajor y cómo evitarlos

Hacer un buen alfajor argentino no es complicado, pero sí requiere atención a los detalles. A lo largo del proceso —desde la preparación de la masa hasta el empaque final— pueden aparecer errores que afectan la textura, el sabor o la durabilidad del producto. A continuación, repasamos los errores más frecuentes y cómo evitarlos, tanto en elaboraciones caseras como semi-industriales.

1. Amasado excesivo de la masa

Error: trabajar demasiado la masa, sobre todo en los alfajores de maicena o tipo mantecosa, provoca que las tapas pierdan su textura tierna y se vuelvan duras.

Solución: amasar solo lo justo para unir los ingredientes. En masas con almidón de maíz, evitar desarrollar gluten es clave para que queden desmenuzables.


2. Horneado incorrecto

Error: hornear en exceso reseca las tapas y puede hacer que se quiebren al armar el alfajor. Hornear de menos deja la masa cruda o demasiado frágil.

Solución: precalentar bien el horno y controlar los tiempos. Las tapas deben apenas tomar color y estar secas al tacto, pero no doradas. Usar termómetro si es posible.


3. Uso de dulce de leche inadecuado

Error: emplear dulce de leche muy fluido (común o casero sin cocción prolongada) hace que se desborde y humedezca las tapas.

Solución: utilizar dulce de leche repostero, más denso y firme. Si se usa dulce casero, reducirlo más tiempo para que espese y se mantenga en su lugar.


4. Enfriado insuficiente antes del armado

Error: armar los alfajores con las tapas todavía tibias puede hacer que el dulce se derrita y la cobertura no se adhiera bien.

Solución: dejar enfriar completamente las tapas sobre rejilla antes de armar. También enfriar los alfajores armados antes de bañarlos.


5. Cobertura mal aplicada

Error: un baño de chocolate mal fundido o no templado puede quedar opaco, pegajoso o con vetas. En el caso del glasé, mal batido o aplicado en exceso forma capas quebradizas o gomosas.

Solución: si se usa chocolate real, es ideal templarlo correctamente. Para baños más simples, usar cobertura fraccionada de buena calidad y respetar las temperaturas. En el glasé, controlar la densidad para que cubra de forma pareja sin exceso.


6. Envasado deficiente

Error: guardar los alfajores en envases con aire, sin sellar o en lugares húmedos provoca pérdida de textura, contaminación o humedad.

Solución: usar envases herméticos o papel film de calidad si se trata de producciones caseras. Conservar en lugares frescos, secos y sin exposición a la luz solar.


7. 🔸 Error: Consumir el alfajor el mismo día de haberlo rellenado

Por qué sucede: por ansiedad o por pensar que “recién hecho” es siempre mejor.
Consecuencia: la masa aún no se integró con el relleno, el alfajor está seco o desequilibrado.
Solución: Dejar reposar al menos 24 a 48 horas en envase cerrado o filmado. En ese tiempo, el dulce de leche humedece las tapas y se genera una fusión ideal entre sabor y textura. En ambientes secos, también ayuda a evitar que la cobertura se cuartee.


8. Falta de uniformidad

Error: variaciones en el grosor de la masa, en el peso del relleno o en el tamaño de las tapas generan alfajores desparejos, poco atractivos o inestables.

Solución: utilizar moldes y cortantes del mismo tamaño. Si se elabora en mayor escala, usar balanzas y dosificadores simples para asegurar uniformidad.


Conclusión

Evitar estos errores es esencial para lograr un alfajor equilibrado, sabroso y profesional. La clave está en la precisión, el respeto por los tiempos y la calidad de los ingredientes. Un buen alfajor no se improvisa: se construye paso a paso, con técnica y atención al detalle.