La industria del alfajor argentino ha desarrollado procesos de alta eficiencia que permiten producir millones de unidades al año sin perder su esencia tradicional. Desde la mezcla de los ingredientes hasta el empaque final, cada etapa está optimizada para garantizar sabor, textura, seguridad alimentaria y duración del producto. A continuación, te explico paso a paso cómo se fabrica un alfajor a escala industrial.
1. Preparación de la masa
El proceso comienza con la elaboración de la masa, que se realiza en amasadoras industriales de gran capacidad. Se mezclan ingredientes como harina, almidón de maíz, azúcar, manteca, huevo en polvo o líquido, agentes leudantes y saborizantes. Todo se controla bajo estrictos parámetros para mantener la homogeneidad del lote. En algunos casos se añade conservante para prolongar la vida útil del producto final.
2. Formación y cocción de las tapas
La masa se traslada a laminadoras automáticas, que extienden la mezcla en láminas del grosor exacto. Luego, pasadores rotativos con moldes cortan las tapas del alfajor en forma circular (o cuadrada, en versiones especiales). Estas tapas se depositan automáticamente en bandejas que ingresan a hornos industriales de túnel, donde se hornean a temperatura constante durante varios minutos.
Al salir del horno, se enfrían en cintas transportadoras antes de continuar con el armado.
3. Relleno
Las tapas ya frías pasan a una línea de ensamblado donde una dosificadora automática aplica el dulce de leche con precisión milimétrica. En algunos casos, se utiliza doble dosificado para capas dobles de relleno. El dulce de leche suele ser repostero o especial para uso industrial, con una textura densa y alta estabilidad térmica.
Una segunda tapa se coloca encima del relleno mediante sistemas robotizados o prensas.
4. Bañado
El alfajor armado pasa por una línea de baño, donde se sumerge o se rocía con chocolate cobertura, ya sea negro, con leche o blanco. Este baño puede ser por inmersión total o por chorros superiores e inferiores. Posteriormente, el alfajor entra en un túnel de enfriamiento, donde el chocolate se solidifica gracias a temperaturas controladas.
En los alfajores con glasé, el baño se aplica en frío con una cortina de azúcar, y en los de maicena, el borde se pasa por coco rallado de forma manual o semi-automática.
5. Envasado
Una vez terminados, los alfajores se trasladan a la sección de empaque. Aquí se utilizan envolvedoras automáticas de alta velocidad que colocan cada unidad en su envase individual, termosellado para garantizar higiene y frescura. Luego se agrupan en cajas para su distribución.
Se realiza un control de calidad constante que incluye peso, sellado, aspecto visual, dureza del baño y vida útil esperada, según protocolos HACCP y normas de seguridad alimentaria.
El equilibrio entre tradición y escala
Aunque el proceso industrial busca eficiencia, muchas marcas cuidan mantener el espíritu del alfajor tradicional. Algunas empresas utilizan dulce de leche artesanal, baños de chocolate real o variantes regionales, combinando tecnología con recetas familiares.
Este proceso permite que el alfajor argentino llegue a todos los rincones del país —e incluso al mundo— con estándares de calidad consistentes y una identidad que se ha transformado en marca registrada nacional.