¿El café sube la presión arterial? Lo que dice la ciencia

Durante mucho tiempo se creyó que el café era un enemigo directo de quienes padecen hipertensión. Esta creencia surgió porque, efectivamente, la cafeína puede provocar un aumento transitorio de la presión arterial, especialmente en personas que no están habituadas a su consumo.

Este efecto ocurre porque la cafeína estimula el sistema nervioso simpático, generando una vasoconstricción leve que puede elevar la presión. Sin embargo, la magnitud de ese aumento suele ser moderada (entre 5 y 10 mmHg) y de corta duración.

En consumidores habituales de café, el cuerpo tiende a desarrollar tolerancia a este efecto, por lo que el impacto sobre la presión arterial se reduce considerablemente. Por eso, muchos estudios poblacionales muestran que el consumo moderado de café (2 a 4 tazas al día) no se asocia con un mayor riesgo de hipertensión crónica en personas sanas.

De hecho, algunos trabajos recientes han observado que el café incluso podría tener efectos protectores sobre el sistema cardiovascular, gracias a sus antioxidantes y compuestos antiinflamatorios.

Sin embargo, en personas con hipertensión no controlada o antecedentes de enfermedad cardiovascular, es importante tener precaución. En estos casos, conviene evitar grandes cantidades de cafeína y evaluar la tolerancia individual.

También es relevante considerar el tipo de café. Las bebidas más concentradas, como el espresso doble o ciertos cafés fríos con cafeína añadida, pueden tener un efecto más marcado que una infusión filtrada.

En resumen, el café puede elevar la presión arterial de forma momentánea, pero no representa un riesgo para la mayoría de las personas sanas cuando se consume con moderación.

Este contenido es informativo. Si tenés hipertensión u otra condición cardíaca, siempre es recomendable hablar con tu médico antes de incluir el café en tu rutina diaria.