Cuando pensamos en una buena taza de café, lo primero que se nos viene a la mente es el origen del grano, el tipo de tueste, la molienda o el método de extracción. Pero muchos olvidan que más del 95% de una taza de café filtrado es agua. Así es: el agua no es solo un vehículo, es un ingrediente clave que puede resaltar o arruinar por completo el perfil sensorial del café.
¿Qué debe tener (y no tener) el agua ideal?
El agua debe estar libre de olores, sabores y sustancias no deseadas, pero al mismo tiempo contener ciertos minerales en cantidades específicas.
El agua demasiado pura (como la destilada o de osmosis inversa sin remineralizar) puede dar como resultado un café plano, sin cuerpo.
Por otro lado, el agua muy dura o con exceso de minerales (como calcio o magnesio) puede sobreextraer el café y generar sabores amargos o metálicos.
Parámetros ideales para preparar café
Los profesionales recomiendan seguir los siguientes valores aproximados para obtener una extracción equilibrada:
- TDS (sólidos disueltos totales): entre 75 y 150 ppm
- Dureza total: 50 – 100 ppm
- Dureza de calcio: 17 – 68 ppm
- Alcalinidad: 40 – 70 ppm
- pH: entre 6.5 y 7.5
Estos valores ayudan a resaltar el dulzor, la acidez y los matices del café sin alterar su perfil original.
¿Y el agua de la canilla?
Depende mucho del lugar. En algunas ciudades, el agua del grifo puede contener demasiado cloro, sedimentos, metales pesados o incluso residuos orgánicos. Esto no solo cambia el sabor del café, sino que también puede dañar tu equipo a largo plazo por acumulación de sarro.
Una forma simple de evaluar tu agua es olerla y probarla. Si huele raro o tiene sabor metálico o a piscina, es mejor no usarla sin filtrar.
Opciones prácticas para mejorar tu agua
- Filtros de carbón activado: eliminan cloro y compuestos orgánicos.
- Filtros de jarra tipo Brita: mejoran el sabor, aunque su capacidad de filtrado de minerales es limitada.
- Agua embotellada: útil si elegís una marca con valores minerales equilibrados (ni muy alta en sodio ni en calcio).
- Remineralización controlada: los baristas más avanzados usan agua destilada y agregan minerales manualmente para lograr el perfil ideal.
¿Influye el agua según el método de extracción?
Sí. Métodos como espresso, que tienen una extracción rápida y presión alta, son más sensibles a la dureza del agua, ya que pueden acentuar defectos en segundos.
En cafés filtrados como V60 o Chemex, el agua influye más en el desarrollo del cuerpo y la acidez.
En métodos como la prensa francesa o el cold brew, donde el contacto es prolongado, una mala calidad del agua puede “contaminar” el sabor final.
Conclusión
El café es un arte de precisión. Si te tomás en serio tu pasión cafetera, no podés dejar de lado el agua. Elegir el grano correcto pero usar agua inadecuada es como afinar un instrumento con una cuerda rota. Recordá: el agua no es un medio, es un ingrediente más. Y como todo en el café, merece atención y respeto.