Dirty Caramel Latte: dulce, tostado y visualmente irresistible

El Dirty Caramel Latte es una de las versiones más tentadoras dentro de la tendencia dirty drinks. Combina leche fría con caramelo líquido y espresso caliente, generando vetas marrones que se hunden lentamente en una base cremosa y dulce. El resultado es un espectáculo visual y una explosión de sabor que conquista desde el primer sorbo.

Ideal para quienes aman los sabores dulces y profundos, esta bebida aporta lo mejor del caramelo: su untuosidad, su aroma tostado y su capacidad de realzar el perfil del café sin ocultarlo.


¿Por qué elegir un Dirty Caramel Latte?

  • Porque es dulce sin ser empalagoso, y balancea perfectamente el café
  • Tiene una estética atractiva, con remolinos de caramelo y café flotando
  • Es fácil de preparar, pero se siente como una bebida gourmet

Receta del Dirty Caramel Latte

Ingredientes:

  • 150 ml de leche fría (entera o vegetal barista)
  • 1–2 cucharaditas de salsa de caramelo líquido (puede ser casera o comercial)
  • 1 shot de espresso caliente
  • Hielo (opcional)
  • Opcional: extra de caramelo para decorar

Preparación paso a paso:

  1. Mezclá la leche fría con el caramelo líquido hasta que quede homogénea. Si querés un efecto extra visual, podés decorar las paredes del vaso con hilos de caramelo antes de verter.
  2. Llená el vaso con la mezcla. Agregá hielo si buscás una versión bien fría.
  3. Prepará el espresso y vertelo con cuidado sobre una cuchara, justo encima de la leche, para que se mantenga separado en la superficie.
  4. Serví sin mezclar. Opcional: agregá un hilo extra de caramelo por encima.

Tips extra:

  • Usá caramelo con buen equilibrio entre dulzor y amargor (tipo toffee).
  • La leche bien fría ayuda a mantener las capas por más tiempo.
  • Probá también con leche de avena: potencia el sabor del caramelo sin tapar el café.

El Dirty Caramel Latte es el dirty drink perfecto para días fríos o para cuando necesitás un mimo extra en forma de café. Es simple, reconfortante y absolutamente irresistible, tanto para el paladar como para la cámara.