Descubrí el arte de degustar chocolate con todos los sentidos
Degustar chocolate no es lo mismo que comerlo. Una cata de cholocolate es una experiencia sensorial completa, donde se analizan aroma, textura, sabor, persistencia y equilibrio, utilizando los cinco sentidos para descubrir matices que normalmente pasan desapercibidos. Así como se hace con el vino, el café o el queso, el chocolate también puede explorarse en profundidad.
La cata no exige ser un experto, pero sí prestar atención. Cualquier persona puede aprender a identificar las diferencias entre tipos de cacao, porcentajes, métodos de elaboración, o técnicas de templado, solo necesita una guía adecuada y práctica consciente.
1. Preparación previa
Antes de comenzar, es importante que el paladar esté limpio. Evitá consumir alimentos muy salados, picantes o con mucho ajo unas horas antes. Si es posible, no usar perfumes ni cremas con fragancia intensa en las manos. El ambiente también debe ser neutro, sin aromas invasivos, y con buena iluminación natural.
2. Observación
El primer paso es mirar el chocolate. Un buen chocolate debe tener una superficie lisa, brillante y sin burbujas ni manchas. El color varía según el origen del cacao y el contenido de leche, pero debe ser uniforme. Un tono opaco, blanquecino o quebrado puede indicar mal almacenamiento o pérdida de templado.
3. Ruptura y sonido
Partí el chocolate con los dedos o entre las manos. El “snap” o sonido de quiebre es fundamental: debe ser seco, limpio y definido. Esto indica un buen templado y correcta cristalización de la manteca de cacao. Un chocolate mal templado se rompe de forma blanda o arenosa.
4. Aroma
Acercá el chocolate a la nariz. Inhalá profundamente. Un buen chocolate libera notas que pueden ir desde lo floral y afrutado, hasta lo terroso, especiado o tostado. En chocolates industriales, a veces solo se percibe el azúcar o la leche. En chocolates Bean to Bar, el rango aromático es mucho más complejo.
5. Degustación
Colocá el chocolate sobre la lengua y dejá que se derrita lentamente. No lo muerdas al principio. Prestá atención a:
- La textura (suavidad, rugosidad, sedosidad)
- La evolución del sabor (amargor inicial, dulzor progresivo, notas ácidas, frutales o tostadas)
- La persistencia (cuánto tiempo permanece el sabor luego de tragar)
Podés tomar notas o usar una ficha de cata. A mayor experiencia, más fácil será describir y comparar.
Conclusión
La cata de chocolate transforma una acción cotidiana en una experiencia consciente y placentera. Te permite reconocer calidad, detectar origen, identificar estilos de elaboración y entrenar tu paladar. No se trata de ser técnico, sino de aprender a disfrutar más. El chocolate, como todo alimento noble, merece ser valorado en profundidad.