Aunque el alfajor es una de las golosinas más queridas de Argentina, no todos los alfajores son iguales. Detrás de su forma sencilla se esconden múltiples variables que afectan la calidad: desde los ingredientes hasta el equilibrio entre sus partes. Esta guía te ayudará a distinguir un buen alfajor de uno mediocre, ya sea artesanal, gourmet, industrial o premium.
1. Apariencia general
Un buen alfajor debe presentar una forma pareja, simétrica y atractiva. Las tapas deben estar bien alineadas, sin que el relleno se desborde excesivamente ni falte. Si tiene cobertura, debe verse lisa y continua, sin burbujas, vetas ni zonas blanquecinas (señal de mal templado del chocolate).
Tip:
✔ Un alfajor bien armado da una buena primera impresión.
✘ Si la cobertura está opaca o con manchas, puede haber fallas de conservación o elaboración.
2. Textura de la masa
La masa debe tener buena estructura y textura según el tipo de alfajor:
- En los de maicena, la masa debe ser frágil, arenosa, que se deshace en la boca sin estar seca.
- En los de bizcochuelo, debe estar esponjosa, húmeda y suave, no gomosa ni seca.
- En los de masa mantecosa, debe ser compacta pero tierna al morder.
Tip:
✔ Al partirlo con los dedos, la masa debe resistir ligeramente y no desmoronarse por completo.
✘ Si está demasiado dura, cruda o seca, hubo errores de horneado o conservación.
3. Calidad del relleno
El dulce de leche debe tener buen cuerpo, ni muy fluido ni muy sólido, y distribuirse de forma pareja. Debe ser sabroso, con notas caramelizadas, sin gusto artificial ni azucarado en exceso. La proporción ideal es de 30% relleno respecto al total del alfajor: debe sentirse, pero no desbordar.
Tip:
✔ Dulce de leche repostero espeso y brillante = buena señal.
✘ Si es muy líquido o con sabor metálico, puede ser de baja calidad o mal conservado.
4. Cobertura (si tiene)
La cobertura debe tener buen espesor, sabor definido y textura firme pero no dura. En el caso del chocolate, debe crujir al morder sin quedar ceroso en boca. En los alfajores glaseados, el glasé debe estar bien adherido y no tan grueso como para quebrarse o empalagar.
Tip:
✔ El chocolate real se reconoce porque se derrite suavemente en boca.
✘ Si se pega a los dientes o tiene textura arenosa, probablemente sea baño fraccionado de baja calidad.
5. Equilibrio general
Un buen alfajor tiene que ofrecer un equilibrio entre masa, relleno y cobertura. Ningún componente debe opacar al otro. Además, el dulzor debe estar en armonía: ni empalagoso, ni insípido. El alfajor debe invitar a comer otro sin dejar una sensación pesada o empastada.
Tip:
✔ Si al terminarlo tenés ganas de comer otro, es buena señal.
✘ Si al primer bocado notás saturación, probablemente esté desbalanceado.
6. Frescura y aroma
Un alfajor fresco huele a dulce de leche, vainilla, chocolate o coco, según el tipo. Si tiene olores extraños, neutros o rancios, es probable que esté vencido o mal almacenado. La frescura es especialmente importante en los artesanales, que no contienen conservantes.
Conclusión
Reconocer un buen alfajor requiere atención a los detalles. Al igual que con el vino o el chocolate, educar el paladar es clave para disfrutar de mejores experiencias. Con esta guía, vas a poder elegir alfajores no solo por marca o fama, sino por verdadera calidad.