Preparar café en prensa francesa es sencillo, pero hacerlo bien requiere atención al detalle. Como profesor de café, siempre repito: dominar la técnica transforma una taza ordinaria en una experiencia sensorial. A continuación, te presento la guía definitiva paso a paso para lograrlo.
🔧 Elementos que necesitás:
- Prensa francesa limpia
- Café recién molido (molido grueso)
- Agua filtrada
- Hervidor (ideal con control de temperatura)
- Balanza digital (opcional, pero muy útil)
- Cronómetro o reloj
☕ Paso a paso:
- Calentar la prensa (opcional, pero recomendable):
Verté un poco de agua caliente en la jarra para precalentarla. Esto ayuda a mantener la temperatura estable durante la infusión. Luego desechá esa agua. - Medir el café:
La proporción ideal es 1:15 (una parte de café por 15 de agua).
Por ejemplo: 20 g de café por 300 ml de agua.
Si no tenés balanza, usá unas 2 cucharadas soperas colmadas por taza. - Moler el café justo antes de usarlo:
Debe tener la textura de sal gruesa. El aroma será más intenso y fresco si lo molés en el momento. - Hervir el agua y dejar reposar 30 segundos:
La temperatura ideal es entre 90 y 96 °C. Si no tenés termómetro, esperá medio minuto tras hervir. - Verter el agua sobre el café:
Hacelo de forma lenta y pareja. Revolvé suavemente con una cuchara de madera o plástico para asegurarte de que todos los granos se hidraten. - Colocar la tapa (sin presionar aún):
Bajá el émbolo solo hasta que toque el nivel del agua. No presiones todavía. Iniciá el cronómetro. - Esperar 4 minutos exactos:
Este es el tiempo óptimo para una extracción balanceada.
Si tu café es muy fresco y se forma una espuma gruesa (“bloom”), podés romperla con una cuchara a los 2 minutos. - Presionar lentamente el émbolo:
Hacelo con firmeza pero sin apurarte. Si hay mucha resistencia, es posible que el molido sea demasiado fino. - Servir inmediatamente:
No dejes el café en la prensa, ya que seguirá extrayéndose y se volverá amargo. Si sobra, pasalo a otro recipiente térmico.
Con esta técnica, lograrás una bebida con cuerpo, sabor profundo y una textura única. Como siempre digo: cada paso es parte del ritual. Respetalo, repetilo y pronto tendrás el café perfecto como parte de tu rutina diaria.
