Una prensa francesa bien cuidada es garantía de una taza limpia, sabrosa y sin sabores extraños. Aunque este método es simple en estructura, requiere una rutina de limpieza consciente. Como especialista en café, siempre enseño que la higiene es tan importante como la calidad del grano.
¿Por qué es tan importante limpiarla?
Después de cada uso, quedan residuos de café, aceites y micro partículas atrapadas entre el filtro, los discos y las paredes del vaso. Si no se limpian bien, estos restos se oxidan o fermentan, generando sabores rancios o a cartón mojado en la siguiente infusión.
Limpieza diaria (después de cada uso)
- Vaciar los restos de café
Lo ideal es no tirarlos por la bacha, ya que pueden tapar cañerías. Mejor vaciarlos en la basura o compost. - Desarmar el émbolo
Separá las piezas: filtro, resortes, discos, y la tapa. Muchas personas solo enjuagan, pero eso no basta. - Lavar con agua tibia y detergente suave
Usá una esponja no abrasiva. Prestá atención al filtro metálico: los restos se acumulan en sus bordes. - Enjuagar bien y secar completamente
La humedad retenida entre piezas puede generar moho o manchas. Lo ideal es secar con un paño limpio o dejar en escurridor.
Limpieza profunda (1 vez por semana o según uso)
- Remojar las piezas en vinagre blanco diluido en agua caliente durante 15 minutos ayuda a eliminar residuos de aceite o cal.
- Si la jarra es de vidrio, inspeccioná que no tenga rajaduras. Si es de acero, revisá si hay manchas internas.
- El émbolo se puede limpiar con un cepillo de dientes viejo para llegar a las zonas más finas.
Recomendaciones adicionales
- No uses lavandina ni productos fuertes, ya que pueden dejar aromas que el vidrio absorbe.
- Revisá el filtro cada 3-6 meses: si está deformado o desgastado, reemplazarlo mejora la calidad de la extracción.
- Si usás café con aceites naturales muy marcados (como cafés de Sumatra o tuestes oscuros), la limpieza debe ser aún más rigurosa.
Una prensa limpia = un sabor puro. Este pequeño hábito marca una gran diferencia en tu experiencia cafetera. Como siempre digo en clase: “El mejor café empieza por la mejor limpieza”.
