Si querés un café frío diferente, elegante y complejo, el cold brew con sal y cacao es tu próxima obsesión. Esta receta toma la suavidad natural del cold brew y le suma el carácter del cacao amargo y la sofisticación de una pizca de sal, creando una bebida ideal para días cálidos o para una carta con identidad propia.
No es un postre ni un café tradicional: es una experiencia refrescante y sensorial con capas de sabor que se revelan en cada trago.
Ingredientes:
- 100 ml de cold brew concentrado
- 120 ml de agua fría o agua tónica (opcional, para aligerar)
- 1 cucharadita de cacao amargo en polvo (sin azúcar)
- 1 pizca de sal fina o flor de sal
- Hielo en cubos
- Rodaja de naranja o piel de cítrico (opcional)
Preparación:
- Disolvé el cacao amargo en un chorrito de agua caliente para formar una pasta.
- En un vaso grande, mezclá esa pasta con el cold brew y la pizca de sal.
- Agregá el agua fría o la tónica si querés suavizar la intensidad.
- Completá con hielo y revolvé bien.
- Opcional: decorá con una rodaja fina de naranja o un twist de cáscara de limón.
Tips de preparación:
- Si usás tónica, elegí una sin saborizantes artificiales para no tapar el perfil del café.
- El cacao debe ser 100% puro y sin azúcar para mantener el equilibrio.
- Ajustá la sal con cuidado: el cacao ya aporta intensidad, y no debe competir.
¿Por qué probarlo?
La sal suaviza el amargor del cacao y realza el dulzor natural del cold brew. El resultado es una bebida oscura, aterciopelada y refrescante, ideal para quienes buscan café con profundidad sin recurrir al azúcar.
Es un café de autor en formato frío: sofisticado, original y memorable.