La cobertura del alfajor no es sólo una cuestión estética: define textura, dulzura, conservación y experiencia de mordida. Aunque el chocolate sea el rey indiscutido, hay muchas más variantes que forman parte del paisaje alfajorero argentino. Y cada una tiene su propio público fiel.
🍫 Cobertura de chocolate: la favorita del país
La mayoría de los alfajores industriales y muchos artesanales están cubiertos por una capa de chocolate negro, con leche o semiamargo. Este tipo de cobertura:
- Aporta estructura y firmeza
- Protege al alfajor en climas cálidos
- Genera una experiencia crocante y envolvente
Algunos alfajores usan chocolate real (con manteca de cacao), mientras que otros optan por baños de repostería más económicos. Las versiones premium suelen tener un baño más espeso, brillante y de sabor más intenso.
🍥 Glaseado: tradición azucarada
El glaseado blanco (hecho a base de azúcar y clara de huevo o agua) es característico de los alfajores cordobeses. Aporta un dulzor más directo, una textura quebradiza y un aspecto artesanal.
Este tipo de cobertura es especialmente común en alfajores de frutas o de dulce de leche con masa liviana. Su fragilidad hace que se venda muchas veces en envases protectores, ya que puede agrietarse con facilidad.
🧁 Merengue italiano: clásico regional
Menos difundido pero muy reconocido, especialmente en el noroeste argentino, es el alfajor con cobertura de merengue italiano, que se tuesta levemente para darle color dorado.
Este tipo de alfajor suele estar relleno con dulce de frutas como cayote, y se relaciona más con festividades o producción artesanal. Su textura es suave y cremosa por fuera, y su presencia visual lo vuelve uno de los más llamativos.
❄️ Azúcar impalpable: simpleza y nostalgia
Muchos alfajores de maicena (con dulce de leche en el centro) se terminan con un generoso baño de azúcar impalpable. No cubre el alfajor como un baño, pero sí le da una textura suave, ligeramente crocante y una estética casera.
Esta “cobertura seca” no protege tanto como el chocolate o el glaseado, pero sí apela directamente a la nostalgia del alfajor hecho en casa o comprado en panaderías de barrio.
🌈 Otras coberturas menos comunes
Algunas variantes modernas y experimentales incluyen:
- Baño de chocolate blanco
- Cobertura saborizada (menta, frutilla, maracuyá)
- Decoración con coco rallado, grageas o confites
- Glaseado teñido para fechas especiales (rosa para San Valentín, verde para Navidad, etc.)
Estas opciones buscan destacarse visualmente y apuntan a públicos jóvenes o gourmet.
¿Por qué importa la cobertura?
Porque es lo primero que se ve… y lo primero que se muerde. Aporta textura, sabor, aroma y define cómo el alfajor se conserva y se percibe. No hay una mejor que otra: cada cobertura genera una experiencia distinta y conecta con diferentes momentos, edades y gustos.