Chocolates Las Cumbres: sabor serrano con corazón cordobés

En el encantador valle de Punilla, entre casas de té, calles arboladas y montañas, hay una tradición que endulza a locales y turistas desde hace décadas: Chocolates La Cumbre. Fundada en La Cumbre, Córdoba, esta fábrica artesanal se convirtió en un símbolo regional del chocolate argentino, destacándose por su calidad, calidez y conexión con el entorno serrano.

Un clásico del turismo cordobés

Para quienes visitan las sierras, pasar por La Cumbre es casi obligatorio. Y dentro de ese ritual serrano, Chocolates La Cumbre se ha transformado en parada ineludible. Con un local que combina tienda, cafetería y fábrica artesanal, la experiencia va más allá del sabor: es parte de la identidad del lugar.

Desde su fundación en los años ‘80, esta empresa familiar ha crecido lentamente, con una filosofía clara: todo hecho a mano, con materias primas de calidad y sin apuro.

Productos que enamoran

Su catálogo es amplio, pero conserva ese espíritu casero que lo hace único:

  • Tabletas de chocolate negro, con leche, blanco y con agregados (frutas secas, café, dulce de leche)
  • Bombones artesanales, en cajas surtidas y con rellenos como licor, fruta, mousse o cremas
  • Ramas de chocolate elaboradas a mano, finas y aireadas
  • Tortas y figuras de chocolate en fechas especiales
  • Alfajores bañados en chocolate con rellenos suaves
  • Café, té y chocolate caliente para disfrutar en el local

También ofrecen productos sin azúcar y opciones para celíacos, adaptándose a nuevas tendencias sin perder su esencia.

Un entorno que se siente en el sabor

La particularidad de Chocolates La Cumbre es que todo su proceso ocurre en un ambiente serrano tranquilo y cuidado, lo que se traduce en una producción más lenta, más consciente y más conectada con la tierra. No es chocolate industrial: es chocolate con clima de montaña, con aromas que evocan la paz del valle y la tradición de las casas de té cordobesas.

Marca regional, corazón nacional

Aunque es menos conocida a nivel nacional que otras marcas patagónicas, Chocolates La Cumbre tiene una base fiel de consumidores que la visitan cada año y recomiendan de boca en boca. También ha empezado a crecer en redes y venta online, expandiendo su alcance sin abandonar su perfil artesanal.