Chocolate amargo y aceite de oliva

Un maridaje gourmet, inesperado y de altísima elegancia sensorial

El chocolate amargo y el aceite de oliva forman una combinación tan sorprendente como exquisita. Aunque pueda parecer inusual, este maridaje es cada vez más valorado en la alta cocina por su sofisticación, complejidad aromática y contraste de texturas. El amargor intenso y profundo del chocolate de alto porcentaje encuentra un contrapunto sedoso, herbal y ligeramente frutado en los mejores aceites de oliva extra virgen.

Este artículo te explica por qué funciona tan bien, cómo presentarlo y qué claves seguir para disfrutarlo sin errores.


¿Por qué chocolate amargo?

El chocolate amargo (también llamado chocolate negro intenso) contiene:

  • Un mínimo de 70% de cacao, llegando hasta el 85% o más.
  • Muy poco azúcar, o incluso ninguno.
  • Un perfil seco, robusto, con notas a café, tabaco, frutos secos, madera o tierra.
  • Textura firme, lenta en fundirse y con retrogusto persistente.

Es ideal para maridajes audaces, ya que resiste combinaciones intensas sin perder protagonismo.


¿Por qué aceite de oliva?

El aceite de oliva extra virgen, especialmente si es de primera presión en frío, tiene:

  • Notas frutadas, herbales, picantes o amargas, según su variedad y origen.
  • Una textura suave y untuosa que complementa la firmeza del chocolate.
  • Capacidad para intensificar los aromas del cacao sin añadir azúcar ni lácteos.

El resultado es un maridaje elegante, donde la grasa vegetal del aceite suaviza el chocolate, y sus aromas secundarios lo enriquecen.


Cómo maridar correctamente

1. En cata directa:

  • Serví cuadraditos de chocolate amargo (mínimo 70%) sobre una pizarra.
  • Añadí una gota de aceite de oliva virgen extra encima.
  • Esperá unos segundos y llevá a la boca: la fusión ocurre con el calor natural.

2. En postres de alta pastelería:

  • Helado de chocolate amargo con hilos de aceite de oliva y flor de sal.
  • Tarta de chocolate amargo con base de masa quebrada y emulsión de oliva.

3. En bombonería:

  • Ganache de chocolate 80% con aceite de oliva infusionado (romero, cítricos o ajo negro).

Qué aceite elegir

Optá por un aceite de oliva de calidad gourmet, prensado en frío, con perfil frutado medio o suave. Algunas variedades recomendadas:

  • Arbequina: delicado, frutado, ligeramente dulce.
  • Hojiblanca: fresco, con notas verdes y leve amargor.
  • Picual: más intenso y picante, ideal con chocolates de más del 80%.
  • Koroneiki (griego): aromático, herbal, elegante.

Evitá aceites rústicos, rancios o de baja acidez.


Bebidas que acompañan este maridaje

  • Vino tinto robusto (Cabernet Sauvignon, Syrah, Nebbiolo)
  • Vino de Jerez seco (Fino o Amontillado)
  • Espresso corto o ristretto
  • Vermut seco con piel de naranja
  • Cerveza negra con notas de cacao

Conclusión

Chocolate amargo y aceite de oliva es una fusión que desafía expectativas y recompensa al paladar curioso. Un maridaje para quienes valoran los sabores puros, sin artificios, y disfrutan del contraste entre la firmeza del cacao y la fluidez del aceite. Ideal para catas, sobremesas refinadas o presentaciones de alta cocina con identidad mediterránea.