Café regular vs descafeinado: beneficios, mitos y realidades

El café descafeinado ha ganado protagonismo como alternativa para quienes desean disfrutar del sabor del café sin los efectos estimulantes de la cafeína. Sin embargo, aún existen muchos mitos y dudas sobre su valor nutricional, sus beneficios y su seguridad.

En primer lugar, es importante aclarar que el café descafeinado no está completamente libre de cafeína. Contiene entre 2 y 5 mg por taza, frente a los 60 a 180 mg del café regular. Para la mayoría de las personas, esto representa una cantidad muy baja, sin efecto estimulante notable.

Desde el punto de vista nutricional y funcional, el café descafeinado conserva gran parte de los antioxidantes y compuestos bioactivos del café tradicional. Aunque algunos de estos pueden perderse levemente durante el proceso de descafeinización, especialmente si se usan disolventes químicos, los métodos modernos (como el método suizo al agua o el uso de CO₂ supercrítico) son muy eficaces y seguros.

En cuanto a los beneficios, ambos tipos de café han mostrado efectos positivos sobre el hígado, el riesgo de diabetes tipo 2 y la salud cognitiva. Incluso el descafeinado ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias y protectoras similares, aunque algunos estudios señalan que la cafeína puede potenciar ciertos beneficios específicos, como el rendimiento físico o el estado de alerta.

Por otro lado, el descafeinado es ideal para quienes sufren de insomnio, ansiedad, hipertensión o sensibilidad a la cafeína, ya que permite seguir disfrutando del café sin efectos secundarios molestos.

En resumen, tanto el café regular como el descafeinado pueden formar parte de una dieta saludable, y la elección depende de las necesidades, horarios y tolerancia individual.

Este contenido es informativo. Si tenés alguna condición médica relacionada con la cafeína o querés ajustar tu consumo, consultá siempre con un profesional de salud.