Café New York – El palacio literario de Budapest

Considerado por muchos como el café más bello del mundo, el Café New York abrió sus puertas en 1894 en Budapest, Hungría. Ubicado en el elegante barrio Erzsébetváros y parte del edificio que hoy alberga el New York Palace Hotel, este café representa el esplendor de la Belle Époque centroeuropea y la época dorada de la vida intelectual húngara.

El interior del café es sencillamente deslumbrante: techos decorados con frescos, columnas de mármol rojo, candelabros de cristal veneciano y detalles dorados que evocan la opulencia de un palacio real. Su arquitectura neobarroca y renacentista fue diseñada para impresionar, y lo logró: desde sus primeros días, se convirtió en el lugar favorito de escritores, poetas, periodistas, músicos y artistas.

Durante los primeros años del siglo XX, el New York era el corazón palpitante de la literatura húngara. Allí se reunían las figuras más destacadas de la revista Nyugat (Occidente), la más influyente de su tiempo, que marcó la modernización cultural de Hungría. Escritores como Mihály Babits, Dezső Kosztolányi, Endre Ady y Frigyes Karinthy eran clientes habituales, y se dice que muchas obras literarias nacieron entre sus mesas.

Una anécdota famosa cuenta que el dramaturgo Ferenc Molnár, encantado con el lugar, lanzó simbólicamente la llave del café al Danubio, para que nunca más cerrara sus puertas. Durante décadas, el Café New York fue sinónimo de libertad creativa, tertulias apasionadas, y encuentros inesperados entre arte, política y sociedad.

Con la llegada del comunismo, el café cerró y el edificio cayó en decadencia. Sin embargo, en los años 2000, tras una impresionante restauración a cargo de una cadena hotelera italiana, el Café New York fue devuelto a su antigua gloria y reabierto al público como un espacio de lujo, cultura y memoria.

Hoy, se puede disfrutar de un espresso o un pastel tradicional húngaro (como el dobos torta) mientras se contempla un entorno que parece sacado de un cuento. El Café New York no es solo un café: es una obra de arte viviente, testimonio de la riqueza intelectual y estética de Budapest.