A veces, tu tipo de café dice algo más que “lo que había en la alacena”. Tu forma de tomarlo puede contar bastante sobre tus gustos, tu estilo de vida, y hasta tu forma de encarar el día. Este artículo es medio en serio, medio en broma… pero 100 % real.
☕ Si tomás café molido…
- Sos de los que disfrutan el ritual. No te molesta esperar 5 minutos si a cambio tenés una buena taza.
- Te gusta experimentar: cambiás el método, la molienda, probás cafés nuevos.
- Preferís lo natural, lo fresco y lo hecho por vos.
- A veces te hacés el barista en casa y sacás fotos para Instagram.
- Tenés una cafetera moka que amás (y si se rompe, te ponés de mal humor).
🥄 Si tomás café instantáneo…
- Sos de los que no quieren perder tiempo: necesitás que el café esté listo ya.
- Lo tomás mientras hacés otra cosa: trabajo, clase, Zoom, lo que sea.
- Te da lo mismo la marca si está caliente.
- Valorás la practicidad por encima del romanticismo.
- No necesitás que el café sea perfecto. Solo querés que funcione.
🔄 Si tomás ambos, según el momento…
- Sos pragmático: adaptás el café a la situación.
- Usás instantáneo en la semana y molido el finde.
- Sabés que hay un café para cada ocasión… y que a veces, un sobrecito salva vidas.
- Tenés tanto una jarra de vidrio con café molido como un frasco con instantáneo, y no te da culpa.
Conclusión:
El tipo de café que elegís no te define, pero dice más de vos de lo que parece. Y lo bueno es que no hay una sola forma correcta: mientras lo disfrutes (o te despierte), estás tomando el café correcto para vos.