Los bombones crocantes rellenos de frutas liofilizadas o confitadas están ganando terreno en el mundo de la chocolatería de autor. Aportan color, acidez, dulzor natural y una textura inesperada que contrasta perfectamente con el chocolate.
¿Qué significa “liofilizado”?
La liofilización es un proceso de deshidratación en frío que mantiene el sabor, el color y los nutrientes de la fruta, pero la deja crocante y liviana. Esto permite incorporarla a bombones sin humedad y sin alterar el equilibrio del chocolate.
Frutas más utilizadas
Las más elegidas por chocolateros artesanales y gourmet:
- Frambuesas liofilizadas: aportan un toque ácido y un color vibrante.
- Frutillas y arándanos: dulces, fragantes y perfectos para el contraste.
- Cáscaras de naranja confitadas: clásicas y elegantes.
- Mango o maracuyá: para un giro tropical y exótico.
- Higos o peras confitadas: más suaves, aterciopeladas y profundas.
¿Cómo se incorporan?
Las frutas pueden ir:
- Enteras o en trozos, dentro del bombón.
- Trituradas y mezcladas con gianduja o praliné.
- Como centro crujiente rodeado de una capa cremosa.
- Como topping decorativo en bombones abiertos.
En todos los casos, se busca que la fruta aporte un golpe de sabor inesperado que resalte el chocolate.
¿Con qué café combinan?
- Cafés de origen africano o centroamericano: por sus notas frutales naturales.
- Cold brew: suaviza el impacto del chocolate y deja lucir a la fruta.
- Infusiones cítricas o florales: como complemento sin cafeína.
Los bombones crocantes con frutas liofilizadas o confitadas son una muestra de cómo la innovación se encuentra con la tradición. Perfectos para quienes buscan sabores complejos y experiencias nuevas en cada bocado.