En la historia de los alfajores argentinos, hay marcas que se volvieron masivas desde el kiosco y otras que nacieron en la pastelería tradicional. Entre estas últimas, Balcarce ocupa un lugar único: una marca nacida en la ciudad homónima de la provincia de Buenos Aires que supo combinar la excelencia repostera con la expansión comercial, y cuyo alfajor se convirtió en un objeto de deseo en rutas, confiterías y estaciones de servicio.
🧁 Origen repostero
La marca Balcarce nació como una confitería artesanal en la ciudad de Balcarce en 1958, y rápidamente ganó renombre por su torta Balcarce, un postre elaborado con merengue, bizcochuelo, crema, dulce de leche, castañas y coco.
El éxito de la torta derivó en la creación de otros productos, entre ellos el alfajor Balcarce, que heredó esa impronta repostera: masa casera, relleno generoso y un envoltorio sobrio y elegante. Pronto, las sucursales de Confitería Balcarce se expandieron, y con ellas, sus alfajores.
🍫 ¿Qué tiene de especial el alfajor Balcarce?
- Tapas suaves y aireadas, de estilo repostero más que industrial.
- Dulce de leche abundante y con sabor real, no genérico.
- Cobertura de chocolate con buen cuerpo, sin exceso de dulzor.
- Variedades en chocolate negro, blanco y glasé.
El sabor del alfajor Balcarce es más similar a un postre de cafetería que a un snack de kiosco. Ideal para acompañar un café en un bar o comprar como regalo en una caja prolija.
📦 Variedades y presentaciones
Balcarce ofreció distintas líneas a lo largo de los años:
- Clásico individual, en sus tres versiones.
- Caja de 6 o 12 unidades, como opción de regalo.
- Alfajores mini.
- Ediciones premium, con packaging cuidado y presentación gourmet.
Durante los años 90 y 2000, los alfajores Balcarce eran un clásico en estaciones de servicio y locales gastronómicos de ruta, donde competían con Havanna y Cachafaz como opciones «elegantes».
😢 Declive y nostalgia
Con el tiempo, y tras varios cambios societarios, la marca Balcarce redujo su presencia, especialmente en kioscos y grandes superficies. Hoy sus alfajores son más difíciles de encontrar, aunque todavía se consiguen en locales especializados, confiterías propias o tiendas online gourmet.
Aun así, para muchos consumidores, el nombre Balcarce sigue asociado a calidad, a tardes de café y a ese sabor especial que solo tiene lo hecho con oficio.
🔚 Conclusión
Balcarce es un alfajor de otra época, pero que resiste en la memoria y en algunos mostradores. Fue símbolo de un momento en que el alfajor era también un gesto de regalo, un producto con estilo y presencia. Aunque hoy no goza de la masividad de otros, su legado perdura entre quienes lo conocieron como parte de su ritual de sabor y pausa.