Antico Caffè Greco – Roma, arte y café desde el siglo XVIII

Fundado en 1760, el Antico Caffè Greco (Café Griego) es el café más antiguo de Roma y el segundo más antiguo de Italia, después del Caffè Florian de Venecia. Está ubicado en la Via dei Condotti, a pocos pasos de la Plaza de España, en una de las zonas más elegantes de la ciudad. Su nombre hace referencia al origen griego de su fundador, Nicola della Maddalena.

Este café fue, desde sus comienzos, un punto de encuentro para viajeros, intelectuales y artistas del Grand Tour, aquel tradicional viaje por Europa que realizaban los jóvenes aristócratas como parte de su formación cultural. Con el tiempo, se convirtió en un verdadero santuario del pensamiento y la creación, visitado por algunas de las mentes más brillantes de los últimos siglos.

Entre sus visitantes ilustres se encuentran Goethe, Stendhal, Byron, Keats, Wagner, Liszt, Mendelssohn, Schopenhauer, Nietzsche, Casanova, Orson Welles, Jean Cocteau y María Callas. También era frecuentado por importantes pintores, escultores y poetas italianos. Fue un lugar donde la conversación intelectual y la contemplación artística florecían entre tazas de espresso y vino italiano.

El Antico Caffè Greco también es una especie de museo viviente. Sus paredes están decoradas con más de 300 obras de arte —retratos, grabados, bocetos y objetos históricos—, donadas por los propios artistas o coleccionistas. El ambiente interior conserva el estilo del siglo XIX: mesas de mármol, sillas de madera, espejos dorados y una iluminación tenue que transporta al visitante a otra época.

A pesar de su éxito y reputación internacional, el café ha enfrentado desafíos modernos. En los últimos años ha estado en disputa con los propietarios del edificio, lo que ha puesto en riesgo su continuidad. Sin embargo, miles de personas y organizaciones han luchado por su preservación como patrimonio cultural italiano.

El Antico Caffè Greco no es solo un sitio para tomar café: es un espacio de memoria, historia y creación. Es el lugar donde la Roma eterna dialoga con la inspiración artística, donde cada sorbo lleva consigo siglos de cultura.