Aunque el alfajor es un símbolo nacional en Argentina, su verdadera riqueza está en la diversidad regional. Cada provincia ha adaptado la receta básica a su identidad cultural, sus ingredientes locales y su historia culinaria. El resultado es un mapa de sabores únicos que convierte al alfajor en una experiencia diferente en cada punto del país. A continuación, exploramos algunas de las variantes más representativas:
1. Córdoba: el alfajor más tradicional
Córdoba es cuna de algunos de los alfajores más antiguos del país. Aquí predominan los alfajores con masa tipo mantecosa y cobertura de glasé blanco. Suelen estar rellenos de dulce de leche, pero también de dulces regionales como membrillo, higo o batata. Marcas como La Quinta, Estancia El Rosario o La Palma reflejan el estilo colonial y artesanal que caracteriza a la provincia.
2. Santa Fe: pionero en el alfajor santafesino
El alfajor santafesino es único en su estructura: se compone de tres capas de masa fina, crocante y seca, intercaladas con dulce de leche y bañadas en un glaseado de azúcar cristalizado. Tiene forma rectangular y un sabor equilibrado, más sobrio y menos empalagoso que otras versiones. Es típico de confiterías tradicionales y ferias regionales.
3. Tucumán: alfajores con caña y miel
En el norte argentino, el alfajor se fusiona con ingredientes autóctonos. En Tucumán y otras provincias cercanas, es común encontrar alfajores con masa especiada, rellenos con dulce de caña o miel de caña, y cubiertos con azúcar impalpable o glasé. Estas versiones suelen ser más oscuras y de sabor intenso, conectando con recetas de influencia andina y colonial.
4. Mendoza y San Juan: influencia de frutas y vinos
En regiones vitivinícolas como Mendoza y San Juan, algunos productores incorporan ingredientes locales como pasas, nueces, higos y hasta vino dulce en la masa o el relleno. También hay versiones con dulce de uva o arrope, y en muchos casos, los alfajores se combinan con nueces trituradas o chocolate artesanal.
5. Patagonia: dulces sureños y frutos rojos
Los alfajores del sur argentino reflejan el entorno natural. En provincias como Chubut, Río Negro y Neuquén, es común encontrar alfajores con relleno de frutos rojos (frambuesa, rosa mosqueta, cassis), muchas veces combinados con chocolate negro. También se elaboran con harinas integrales, manteca de campo y técnicas artesanales. Son típicos de tiendas gourmet y ferias regionales.
6. Buenos Aires: el alfajor industrializado
En la Provincia de Buenos Aires y CABA se concentra la mayor producción industrial del país. Marcas como Havanna, Jorgito, Guaymallén y Fantoche dominan el mercado con alfajores de dulce de leche bañados en chocolate, tanto en versión económica como premium. No representan un estilo regional en sí, pero sí un estándar nacional de consumo masivo.
Una identidad federal en cada bocado
Cada alfajor regional es una expresión del territorio y su cultura. Algunos evocan las recetas coloniales heredadas de conventos, otros se reinventan con ingredientes locales, y muchos reflejan el carácter artesanal de cada provincia. Recorrer Argentina probando alfajores es una forma deliciosa de entender la diversidad de su gente y su historia.