Si tu próximo viaje te lleva a Madrid y sos de los que no conciben una escapada sin un momento dulce, hay una parada obligada que todavía es un secreto a voces: Papúa Colón. En plena Plaza de Colón, este restaurante de aire selvático y ambiente cosmopolita sorprende con un postre que está conquistando a locales y turistas: la Mini-Cake Invertida.
Un nombre que intriga
No se trata de una simple torta de chocolate. El equipo de Papúa juega con la idea de “dar vuelta” lo que conocemos. La mini-cake se presenta de manera inusual: un bizcocho de intenso chocolate 70 % de origen Papúa Nueva Guinea, servido caliente, que esconde un corazón cremoso. Al cortarlo, el relleno se desliza y se fusiona con el frío del helado que lo acompaña. Esa inversión de temperaturas y texturas es parte de la magia.
Un viaje de sabores
El cacao de Papúa Nueva Guinea aporta notas afrutadas, ligeramente ahumadas y un toque especiado que seduce desde el primer bocado. El helado –según el día puede ser de avellanas o de galleta, ambos con un toque tostado– completa el equilibrio entre dulzor, amargor y cremosidad. Es un postre que pide ser compartido… o disfrutado en solitario si querés que cada cucharada sea solo para vos.
La experiencia Papúa
Papúa Colón no es un restaurante más: su decoración selvática, la iluminación cálida y el ambiente cosmopolita lo convierten en un destino en sí mismo. Después de un paseo por el cercano barrio de Salamanca o de una tarde de compras en Serrano, nada mejor que terminar la jornada con este capricho de 12,50 € que vale cada euro.
Cómo llegar
- Dirección: Plaza de Colón 4, Madrid
- Reservas: en su web oficial
- Precio de la mini-cake: 12,50 €
Por qué no te lo podés perder
Porque no es solo un postre: es un pequeño espectáculo de sabores, aromas y contrastes. Una delicia que se ha vuelto viral en redes por su estética y su sabor profundo, ideal para cerrar una cena romántica o para darte un capricho durante tu visita a la capital española.
Si pensás recorrer Madrid, agendá Papúa Colón en tu ruta gastronómica. La Mini-Cake Invertida no es solo un dulce: es una experiencia que combina creatividad, producto de primera y un toque de juego que te hará mirar el chocolate de otra manera.