La persona que más chocolate comió… en un solo día
No hay un récord oficial Guinness para la persona que más chocolate comió en toda su vida (probablemente porque sería difícil de verificar sin riesgos médicos), pero sí existen desafíos documentados de ingesta en un solo día. El youtuber Furious Pete, conocido por sus retos alimentarios, llegó a comer más de 3 kilos de chocolate en una sola sesión grabada. Estos retos no se recomiendan, claro, y suelen ser de alto riesgo.
El chocolate más pequeño del mundo
Una empresa japonesa de nanotecnología llamada University of Tokyo Institute of Industrial Science logró imprimir en 3D una barra de chocolate de 3 milímetros de largo. No era comestible (por la tinta utilizada), pero sí una réplica exacta de una barra real. A modo comestible, hay bombones tan pequeños como una lenteja, usados en decoraciones de alta pastelería.
El chocolate más amargo del mundo
Algunas marcas especializadas, como To’ak o Cacao Crudo, han lanzado ediciones limitadas de chocolate con 99 % o incluso 100 % de cacao, sin azúcar agregada. El resultado es un sabor extremadamente intenso y seco, que muy pocas personas disfrutan sin maridaje. Estos chocolates se venden más como piezas de degustación que como golosinas.
El chocolate que fue al espacio
Sí, el chocolate ha viajado al espacio.
En varias misiones de la NASA, el chocolate fue parte de la dieta de los astronautas. Desde barras de chocolate compactadas hasta cremas de cacao, fue elegido por su valor energético, bajo volumen y por ser un “alimento emocional” en ambientes de aislamiento. También fue incluido como parte de premios y celebraciones espaciales.
El récord más ridículo: lanzar bombones a la boca
En 2016, Ashrita Furman (famoso por romper más de 600 récords Guinness) logró atrapar 76 bombones de chocolate lanzados a su boca en un minuto, sin usar las manos. El récord fue registrado oficialmente y sigue vigente.
Conclusión
El chocolate no solo forma parte de momentos gourmet o postres elegantes: también se ha convertido en protagonista de retos, récords y situaciones insólitas. Desde el espacio hasta los extremos de la gula, no hay límites para la creatividad (y a veces la locura) cuando se trata de este placer universal.