Café Americano: la forma más ligera de disfrutar un espresso

Una bebida caliente que nació en tiempos de guerra y hoy conquista cafeterías de todo el mundo.

El café americano es una bebida simple pero con una historia interesante y un lugar especial en la cultura cafetera. Se prepara combinando uno o dos shots de espresso con agua caliente. ¿El resultado? Una taza más grande, de sabor más suave y menos concentrado que el espresso, pero con su misma esencia.

¿Por qué se llama “americano”?

Durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados estadounidenses estacionados en Italia encontraban el espresso demasiado fuerte para su gusto. Para hacerlo más parecido al café filtrado al que estaban acostumbrados, le pedían a los baristas italianos que le agregaran agua caliente. Así nació el “americano”.

¿Cómo se prepara un café americano?

  1. Se extrae un espresso (solo o doble).
  2. Se agrega agua caliente (idealmente a unos 85-90 °C).
  3. La proporción varía según el gusto, pero suele ser entre 1:2 y 1:5 de espresso/agua.

Consejo: si agregás el agua antes del espresso, se llama “long black” (una variante muy popular en Australia y Nueva Zelanda), que conserva más la crema del café.

¿Qué lo diferencia de otros cafés?

  • A diferencia del café filtrado, el americano conserva el perfil del espresso: más aceites, cuerpo y sabor.
  • Es más suave en boca que un espresso solo.
  • No es lo mismo que un café filtrado: aunque el volumen es parecido, la técnica y el resultado son distintos.

¿Cuándo elegir un americano?

Si buscás una bebida más grande y menos intensa que un espresso, pero con buen cuerpo y sabor, el americano es ideal. Se disfruta solo o acompañado de un alfajor, chocolate negro o un buen desayuno.


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