Uno de los componentes más críticos en un molinillo de café son las muelas, también llamadas “burrs” en inglés. Son las responsables directas de la uniformidad de la molienda, y por lo tanto, del sabor en la taza. Las muelas pueden variar en tamaño, forma y también en material. Las dos opciones más comunes en molinillos domésticos son: acero inoxidable y cerámica.
Aunque a simple vista parezca un detalle técnico sin importancia, la elección del material de las muelas afecta la durabilidad, el tipo de molienda, la temperatura generada, el mantenimiento y la experiencia de usuario en general. Vamos a analizar en profundidad las diferencias.
1. Muelas de acero inoxidable
Las muelas de acero son las más comunes en molinillos de gama media y alta. Se fabrican con acero templado y tratado térmicamente para ofrecer dureza y resistencia al desgaste. Son más fáciles de mecanizar con cortes precisos, lo que permite un diseño de dientes más eficiente.
Ventajas:
- Mayor capacidad de corte: muelen más rápido y de forma más agresiva.
- Excelente durabilidad: resisten el uso intensivo sin perder filo rápidamente.
- Adecuadas para tuestes oscuros: soportan mejor los aceites y residuos.
- Más compatibles con cafés especiales con granos densos o secos.
Desventajas:
- Generan algo más de calor en molienda continua (aunque en uso doméstico esto no es un problema).
- Suelen ser más costosas si se busca acero de alta calidad.
Molinos con muelas de acero comunes en Argentina:
Baratza Encore, Sette, Forté, Eureka Mignon, Quamar Q50E, Remidag, Wilfa Svart.
2. Muelas de cerámica
Las muelas cerámicas se utilizan desde hace décadas, especialmente en molinillos manuales y algunos eléctricos compactos. Están hechas de materiales cerámicos industriales, resistentes a la corrosión, pero más frágiles ante impactos.
Ventajas:
- No se oxidan: ideales si se vive en zonas húmedas o si el molinillo se guarda por largo tiempo.
- Menor generación de calor: muy buena elección para tuestes delicados o para evitar la degradación de compuestos aromáticos.
- Más silenciosas que las de acero.
Desventajas:
- Más frágiles: si el molinillo sufre un golpe o muelen un grano con defecto (como una piedra), pueden romperse.
- Difíciles de afilar o sustituir en algunos modelos.
- Menor velocidad de molienda.
Marcas con muelas de cerámica:
Hario Skerton, algunos modelos de Porlex, versiones antiguas de Baratza, manuales como algunos 1Zpresso.
3. ¿Cuál es mejor?
No hay una respuesta universal. Todo depende del uso y del perfil de usuario:
- Si preparás espresso con frecuencia, o café de especialidad con mucha rotación de orígenes → acero es lo más recomendable.
- Si usás prensa francesa o Aeropress ocasionalmente, y valorás el silencio y la simplicidad → cerámica puede ser suficiente.
- Si viajás mucho o usás un molinillo manual en entornos exigentes, optá por acero: es más robusto ante caídas o cambios de clima.
4. ¿Y las muelas «premium» como las SSP?
Existen muelas de acero especiales, como las SSP burrs, recubiertas con titanio o Red Speed, diseñadas para molinillos de alta gama. Estas no solo son más duraderas, sino que también alteran el perfil de taza, acentuando la claridad o el cuerpo según su geometría. Aunque no son comunes en molinillos domésticos de serie, algunos baristas caseros las instalan como mejora.
Conclusión
Las muelas no son todas iguales, y su material impacta en cómo se comporta tu molinillo, qué sabor lográs y cuánto dura tu equipo. Si vas a invertir en un buen café, vale la pena conocer qué hay dentro del molinillo y elegir el material que mejor se adapte a tu estilo y necesidades.