Muchos paquetes dicen “100% arábica”, otros no aclaran nada, y algunos usan mezclas… pero como consumidor, ¿cómo podés identificar qué estás tomando? Hoy vamos a ver cómo distinguir entre arábica, robusta y blends, tanto leyendo etiquetas como a través del sabor y el aspecto.
1. Etiquetado del producto
- “100% arábica”: lo indica claramente cuando no contiene robusta.
- “Mezcla” o “blend”: puede contener ambos, pero muchas veces no especifica el porcentaje.
- Si no dice nada, probablemente sea una mezcla económica con alto contenido de robusta.
💡 Tip: si dice “espresso italiano clásico” o “intenso” y no especifica el tipo de grano, suele tener una proporción de robusta para cuerpo y crema.
2. Aspecto del grano
Al observar los granos enteros, podés notar diferencias físicas:
Característica | Arábica | Robusta |
---|---|---|
Forma del grano | Ovalado, alargado | Redondo, más pequeño |
Surco central | Ondulado | Recto |
Color (tostado medio) | Marrón claro a medio | Marrón más oscuro, a veces grisáceo |
Textura | Más suave y pareja | Más rugosa o porosa |
3. Aroma y sabor al probarlo
Arábica:
- Mayor acidez, notas florales, frutales, cítricas o dulces.
- Menor amargor, sensación limpia y elegante.
Robusta:
- Más amargo, con notas a madera, tierra, nuez o cacao amargo.
- Menor acidez, más cuerpo y sensación persistente.
Blends:
- Mezclas equilibradas suelen tener dulzor del arábica + cuerpo del robusta.
- Si notás mucha crema en un espresso, poca acidez y gusto fuerte: probablemente haya robusta.
4. Método de preparación y pistas indirectas
- En espresso comercial o máquinas automáticas, es común que se use mezcla con robusta.
- En cafeterías de especialidad que hacen filtrados manuales (V60, Chemex), casi siempre es 100% arábica de origen único.
- El café instantáneo suele estar hecho mayormente con robusta.
Conclusión
Saber si estás tomando arábica o robusta no requiere un laboratorio. Con un poco de observación, paladar y lectura atenta, podés reconocer fácilmente qué tipo de café tenés en la taza.
Y lo más importante: no se trata de cuál es “mejor”, sino de entender qué te gusta… y por qué.