5 formas de saber si un bombón macizo es artesanal o industrial

No todos los bombones se hacen igual. Algunos nacen en una cocina con cuidado pieza por pieza, y otros salen por cientos de una máquina automatizada. ¿Y cómo distinguirlos, especialmente si no tenés el envoltorio o no conocés la marca? Acá te dejo 5 claves claras para saber si estás frente a un bombón macizo artesanal o industrial, sin tener que morderlo todavía.


1. La forma no es 100 % perfecta (y eso es bueno)

Un bombón artesanal muchas veces tiene pequeñas variaciones en su forma o terminación. Tal vez una base un poquito más gruesa, una curvatura que no es idéntica a otra, o una textura que cambia levemente según el lado. No es defecto: es señal de que fue hecho a mano o en moldes sin automatizar.

En cambio, los bombones industriales suelen ser idénticos entre sí. Perfectos, pero sin alma.


2. El brillo es natural, no exagerado

Los bombones artesanales bien hechos tienen un brillo moderado, parejo, logrado por templado correcto.
Los industriales muchas veces tienen brillos exagerados que vienen de abrillantadores artificiales o de la refrigeración industrial.

Si el brillo parece demasiado plástico o graso, probablemente no sea artesanal.


3. El aroma es profundo y real

Acercate al bombón. Si es artesanal, va a oler a chocolate real, no solo a azúcar o vainilla.
Los industriales, especialmente los más económicos, pueden tener poco aroma o directamente oler artificial.

Si no huele a nada, o huele a “envase”, es muy probable que sea de producción masiva y con poco cacao verdadero.


4. La base no está siempre “sellada”

Muchos bomboneros artesanales dejan la base del bombón abierta o la cierran manualmente. En algunos casos, se ve una ligera imperfección o una capa extra que lo delata.

Los bombones industriales suelen tener bases perfectamente lisas y selladas, logradas con máquinas que dan vuelta los moldes o rellenan por inyección automática.


5. El packaging lo dice todo (cuando lo hay)

Un bombón artesanal suele venir en cajas pequeñas, con papeles sencillos o envoltorios cuidados pero no plásticos brillantes. A veces tiene etiquetas escritas a mano, sellos de autor o mensajes personalizados.

Los bombones industriales vienen en envoltorios uniformes, cerrados por máquina y pensados para durar en góndola mucho tiempo.


En resumen:

Un bombón artesanal no es perfecto. Es honesto, expresivo, variable y único.
Uno industrial es predecible, prolijo, pero muchas veces sin carácter.

¿Uno es mejor que otro? Depende de lo que busques. Pero si querés saber lo que comés, aprendé a mirar. El chocolate, cuando es bueno, siempre se deja leer.