1. Inconsistencia taza a taza
Si vas seguido al mismo lugar y:
- Un día el café tiene más crema, otro casi nada.
- A veces es suave, otras muy amargo o terroso.
- Cambia el sabor aún cuando el barista usa el mismo equipo y dosis…
👉 Posible causa: el blend no está bien distribuido, y en cada molienda caen proporciones distintas de arábica y robusta.
2. Cambios bruscos en la extracción
- Un espresso que tarda más o menos de lo esperado sin que se haya ajustado la molienda.
- Cremas demasiado inestables (a veces muy espesa, otras aguada).
- El café parece reaccionar distinto aún con el mismo tiempo y presión.
👉 Esto puede ser consecuencia de variaciones en densidad entre granos mal mezclados.
3. Sabor desbalanceado
- Si el café tiene notas dispares (muy ácido pero también muy amargo, o dulce sin cuerpo), sin armonía.
- Si sentís sensaciones que compiten y no se integran bien (como amargor metálico con un dejo frutal), podría ser señal de una mala integración del blend.
4. Observando el molino o la tolva
Si ves el molino (o el barista te lo permite), podés notar:
- Mezcla visible de granos de distintos tamaños o colores.
- Granos aceitosos mezclados con secos.
👉 Esto sugiere que la mezcla fue hecha después del tueste y no se integró correctamente.
✅ Qué hacen bien las buenas cafeterías
- Compran blends homogéneos, con buen control de mezcla.
- Ajustan la molienda y la dosis cada día según cómo responde el café.
- Si usan blend, muchas veces es con una receta propia y balanceada.
- Ofrecen cafés de origen único (100% arábica) si buscan más constancia sensorial.
Conclusión
Sí, podés sospechar de un blend mal mezclado por el comportamiento del café en taza, especialmente si lo pedís más de una vez y notás que cambia sin explicación.
No necesitás ser un catador profesional: tu paladar detecta cuando algo no está bien integrado. Y si te interesa, siempre podés preguntar al barista qué tipo de café usan… a veces esa sola pregunta cambia todo.