La palabra Vauquita remite automáticamente a esa barra de dulce de leche compacto, envuelta en papel aluminio rojo y blanco, que durante décadas fue la delicia económica, nostálgica y efectiva del kiosco argentino. Pero en los últimos años, la marca evolucionó: hoy, Vauquita también es una línea de alfajores que busca mantener su esencia, pero adaptándose a los tiempos.
🧱 De barra a alfajor: una evolución natural
Durante décadas, Vauquita fue sinónimo de dulce de leche sólido. Sin tapas, sin baño, sin vueltas. Solo dulce de leche más denso que una cucharada, con sabor clásico y envoltorio inconfundible.
Con el paso del tiempo, y aprovechando la fuerza de su nombre, la marca decidió expandirse hacia otros formatos, entre ellos, el alfajor Vauquita. Y si bien muchos pensaron que sería una simple barra bañada, la marca apostó por un alfajor más tradicional, pero con su toque distintivo.
🍫 ¿Qué ofrece hoy el alfajor Vauquita?
Actualmente, se encuentran varias versiones del producto en el mercado:
- Vauquita Junior (55 g):
Doble tapa, relleno de dulce de leche y baño de chocolate.
Es el más cercano al alfajor clásico. - Vauquita Capuccino:
Versión innovadora con notas de café.
Una de las pocas marcas en probar ese perfil de sabor. - Vauquita de arroz sin TACC:
Ideal para celíacos o quienes buscan opciones sin gluten.
Relleno de mousse de dulce de leche, baño blanco o negro. - Super Vauquita (72 g):
Más grande, con mucho más relleno.
Busca replicar la experiencia de la barra, pero en versión alfajor.
🛒 ¿Dónde se consigue?
Podés encontrarlos en supermercados como Carrefour, en tiendas online especializadas como Pampa Direct, y en algunos kioscos. También tienen distribución en el exterior, especialmente en envíos desde Argentina a comunidades de expatriados.
💬 Opiniones encontradas
Muchos consumidores celebran que Vauquita haya apostado a un alfajor, pero hay opiniones divididas:
“Está bueno, pero no es la barra.”
“Esperaba otra textura. Es rico, pero distinto.”
“La versión capuccino me sorprendió para bien.”
“Le tengo cariño a la marca, así que lo banco.”
🔚 Conclusión
Vauquita logró hacer algo que pocas marcas pueden hacer bien: evolucionar sin perder su esencia. Hoy, su línea de alfajores mantiene el sabor distintivo del dulce de leche denso que la hizo famosa, pero lo adapta a nuevos formatos y públicos.
No es solo un producto de nostalgia: es una marca viva, con identidad y futuro.