Antes de ser lugares de descanso, las cafeterías europeas fueron centros de debate, filosofía y cambios sociales.
🇮🇹 Venecia: el inicio del ritual (1645)
La primera cafetería de Europa abrió en Venecia en 1645. Italia, por su cercanía con el mundo árabe y el comercio del Mediterráneo, fue uno de los primeros puntos donde llegó el café. La bebida, exótica y energizante, rápidamente ganó popularidad entre artistas, comerciantes y políticos.
🇬🇧 Londres: “Penny Universities”
En 1652 se abrió la primera cafetería en Londres. En lugar de tabernas con alcohol, estos espacios ofrecían café caliente y un ambiente más sobrio. Se les llamó “penny universities” porque por el precio de un penique se podía obtener no solo café, sino también acceso a debates, noticias y aprendizaje.
Algunas cafeterías incluso dieron origen a instituciones modernas: por ejemplo, Lloyd’s of London nació como una cafetería frecuentada por comerciantes marítimos.
🇫🇷 París: filosofía y revolución
En Francia, las cafeterías florecieron en el siglo XVIII y se convirtieron en centros de actividad política e intelectual. En lugares como el Café Procope, se reunían figuras como Voltaire, Rousseau, Diderot o Robespierre. Durante la Revolución Francesa, muchos discursos que agitaban a la sociedad comenzaban… con un café.
☕ Viena: elegancia y tradición
En Austria, el café se introdujo tras la derrota del Imperio Otomano en la Batalla de Viena (1683). Se dice que los otomanos abandonaron sacos de café, y un espía convertido en empresario abrió la primera cafetería vienesa. Viena desarrolló una cultura cafetera refinada, con salones elegantes, pastelería y lectura de diarios: una tradición que perdura hasta hoy.